La preocupación por la sanidad amenaza con convertirse en el primer problema de los vascos

La escalada de la sanidad entre los principales problemas de los vascos es una constante desde hace un año. El Deustobarómetro del pasado verano apuntaba que apenas a un 20% de los vascos le quitaba el sueño la situación del sistema sanitario vasco, una de las joyas de la corona del autogobierno. Pero desde entonces el ascenso es imparable. Los diferentes conflictos que se vivieron en otoño, con concentraciones en el Hospital Donostia, dimisiones de jefes de servicio e incremento en las listas de espera, generaron una enorme tormenta que hizo que esa cifra se doblase. En el estudio presentado en diciembre el porcentaje era ya del 39%. En ese momento, y con los precios disparados, la inflación era lo que más inquietaba (57%).

Pero mientras todo lo relacionado con el coste de la vida o incluso con la situación económica parece mejorar a ojos de los vascos, lo vinculado con la sanidad sigue siendo problemático y ya inquieta al 43% de los consultados. De hecho, si hace un año la nota media que merecía Osakidetza era un 6,1 y en diciembre un 5 raspado, ahora no llega ni a eso. Se queda en un 4,8. Es la primera vez que suspende en una década. La confianza se mantiene, pero un 38% lo hace menos que antes y un 19% está a punto de perderla.

En todo caso, los vascos hacen un doble análisis. Por un lado valoran de forma más o menos positiva tanto las instalaciones como incluso el tiempo que les dedicó el médico que les atendió. La mayoría de sus servicios uno por uno también reciben el aprobado, desde la asistencia en los hospitales (6,4) hasta las consultas (5,5).

Listas de espera

Las críticas llegan, sobre todo, en lo que se refiere a las listas de espera. El 74% de la población considera que el tiempo para conseguir una cita se demoró más de lo que le hubiera gustado. El 88% está muy o bastante de acuerdo con que falta personal sanitario y un 79% ve normal que los trabajadores se movilicen por sus condiciones laborales. La visión de futuro tampoco es demasiado halagüeña porque buena parte de los encuestados considera factible que a corto plazo no haya suficientes médicos en atención primaria y que incluso se tenga que pagar más por los medicamentos. Aun así, una mayoría de los vascos sigue prefiriendo ser atendido en Osakidetza que en los centros privados, sobre todo cuando son consultas de atención primaria o ginecología.

Seguridad y Ertzaintza

La sensación de inseguridad se convierte por primera vez en una de las tres primeras preocupaciones de los vascos. La cifra de los vascos a los que les inquieta el aumento de los delitos se eleva ya al 20,8%, cuatro puntos más que en diciembre. Por contra, el conflicto de la Ertzaintza no cala entre la ciudadanía. A pesar de las manifestaciones y concentraciones de los últimos meses, la Policía autonómica sigue siendo una de las instituciones mejor valorada, con un 5,1, solo superada por la Universidad (5,9), las pequeñas empresas (5,8) y Osakidetza (5,7). «No hay conexión entre el debate político y el social».

Pocos deseos de independencia

Los vascos cada vez desean menos un referéndum de independencia. Apenas un 36% de los consultados por el Deustobarómetro lo ve necesario. Es el dato más bajo en una década. De hecho, hay más votantes del PNV que se muestran contrarios que a favor, y un tercio de los simpatizantes de EH Bildu tampoco lo consideran prioritario. Un 36% de los vascos apuesta por mantener la misma autonomía que en estos momentos (la cifra más alta en una década) y solo un 14% quiere un Estado independiente.

Mejora la situación económica

Los datos demuestran que mejora la visión sobre la situación económica que tienen los vascos. Hace seis meses la preocupación por el coste de la vida y la inflación se disparaba al 57% y ahora baja al 46%.También pasa del 23% al 16% la inquietud por la situación económica, que para el 43% de los consultados es buena o muy buena, el dato más alto desde finales desde 2019, justo antes de que estallase la pandemia por covid. Sube, eso sí, la zozobra por la situación de la vivienda y el recorte de los servicios públicos.