«Me conmueve que las víctimas agradezcan que 'Patria' estorbe el deseo de identificar paz con olvido»
«La lectura se puede parar. Las imágenes no dan tregua y te lo ponen todo delante sin piedad», dice sobre la adaptación de su novela a la televisión
A Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959) le preocupaba que las víctimas «a las que tanto daño se hizo se pudieran sentir incomprendidas o mal tratadas» ... en los textos de su novela 'Patria'. «Por fortuna no ha sido así», se congratula en esta entrevista, en la que confiesa que le «conmueve» que las víctimas del terrorismo se muestren agradecidas por el hecho de que uno, con su novela, haya contribuido «a estorbar el propósito de identificar la paz con un olvido rápido e interesado y dejar desatendidas sus reclamaciones y su necesidad de justicia, memoria y cariño».
- ¿Cuando comenzó a escribir 'Patria' se imaginó que su novela podía tener semejante repercusión y llegar a convertirse en una serie de televisión?
- No me esperaba un éxito tan grande, mucho menos que la novela mereciera tantas traducciones y tan buena acogida en otros países. Es la primera vez que me pasa algo así y me alegro.
- Ha asegurado que «de todo lo que se ha dicho hasta ahora sobre 'Patria'» nada le había «impresionado» tanto ni le había «llegado tan adentro» como los testimonios de algunas víctimas del terrorismo expresados en el reportaje 'Víctimas ante el espejo de su relato' que publicó este periódico el 4 de octubre. ¿Qué es lo que más le impresionó?
- Me preocupaba que estas personas a las que tanto daño se hizo se pudieran sentir incomprendidas o mal tratadas en mis textos. Por fortuna no ha sido así. Me conmueve que las víctimas se muestren agradecidas por el hecho de que uno, con su novela, haya contribuido a estorbar el propósito de identificar la paz con un olvido rápido e interesado y dejar desatendidas sus reclamaciones y su necesidad de justicia, memoria y cariño.
- ¿Ha tenido la oportunidad de hablar con algunas de ellas, personalmente, estos días tras la emisión de la serie?
- Hace largos años que he buscado el diálogo con las víctimas del terrorismo. Otras se acercaron a mí al término de charlas o presentaciones. A algunas las conozco personalmente. He leído no pocos libros suyos y asistido como espectador o ponente a jornadas organizadas por ellas. Guardo en un lugar preferente de mi biblioteca la figura en forma de estrella de colores que me entregaron con ocasión del Premio Covite, que compartí con Raúl Guerra Garrido, un escritor modélico para mí.
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- ¿A usted se le pone como a ellas un nudo en la garganta ante la veracidad de las imágenes?
- Pues sí. No es lo mismo descifrar palabras y formarse la propia novela en la cabeza que la inmediatez de las imágenes. La lectura se puede interrumpir. Uno va tomando la historia a sorbos. Las imágenes no dan tregua y te lo ponen todo delante sin la mediación de símbolos y sin piedad.
-¿También le traen a la memoria episodios de su propia historia personal cuando vivía en San Sebastián?
- Tengo la memoria llena de fuego, humo, detonaciones, sirenas de la policía, pelotas de goma, manifestaciones, contramanifestaciones... Y a la cabeza de todo eso, el ataúd de Enrique Casas, recién asesinado, entrando a hombros de compañeros en la casa del pueblo, de Gros, un día gris de febrero en que me dije: 'chaval, lee y prepárate a fondo porque algún día dejarás testimonio literario de todo esto'.
- ¿Comparte con Gerardo Arín (hijo del tolosarra Patxi Arín, asesinado por ETA hace 37 años) que habrá mucha gente en Euskadi que «no entienda» el reflejo que 'Patria' hace de la actitud de la Iglesia con las víctimas?
- Es que, para empezar, no comparto la perspectiva del razonamiento. En mi novela no actúa la Iglesia, sino un cura de pueblo con sus señas personales intransferibles. El que otros hagan de este personaje una extrapolación hasta convertirlo en paradigma de una institución es un ejercicio mental de quien interpreta. Conviene recordar que hubo en Euskadi sacerdotes acosados por alzar valerosamente su voz crítica contra ETA.
- ¿Se ha parado a pensar qué opinarán de la serie quienes apoyaron la violencia?
- He leído por ahí un par de cosas. Tengo la impresión de que basta leer a uno o dos para saber lo que piensa el resto.
Papel de la Iglesia
«Conviene recordar que hubo en Euskadi sacerdotes acosados por alzar valerosamente su voz crítica contra ETA»
La batalla del relato
«Para que prevalezcan determinadas versiones en las mentes futuras habrá que ofrecer algo más que eslóganes y diatribas»
Debate sobre el relato
- EH Bildu dice que 'Patria' defiende solo el relato de una de las partes, «la de los torturadores». ¿Esperaba ese tipo de reacción?
- No estoy acostumbrado a recibir elogios de ese sector ideológico. ETA no recibe un tratamiento glorificador ni en mi libro ni en la serie, tampoco está considerada al margen del objetivo que se propuso. Esa lectura es rápidamente inasumible por quienes sueñan con una versión de los hechos favorable a sus objetivos y vuelven a sus cabreos de costumbre, olvidados de que hasta hace no mucho pregonaban no sé qué proceso de paz.
- Aseguran incluso que usted «desconoce» lo que estaba sucediendo en Euskadi por el hecho de vivir en Alemania.
- Esto ya es rebajar el debate a un nivel de parvulario. Si yo no puedo saber desde Alemania lo que sucede en Euskadi, con ser colectivo y ya parte de la historia, ¿cómo sabe nadie desde Euskadi pormenores tan privados de un señor que vive en Alemania? Resumiendo: desde el valle se ven los pelos al rabo de la vaca; desde el monte, se ve el valle.
- ¿Es una muestra del intento de la izquierda abertzale de ganar la batalla del relato?
- Esto debería responderlo quien se sitúe dentro de esa fracción. El caso es que para que prevalezcan unas determinadas versiones en las mentes futuras habrá que ofrecer algo más que afirmaciones, eslóganes y diatribas. Habrá, digo yo, que persuadir, cada cual sabrá cómo, y la persuasión no ha sido precisamente la estrategia adoptada por quienes creyeron que amilanando a la población y poniendo muertos sobre la mesa lograrían su paraíso terrenal.
- ¿Qué le llega de lo que opinan los jóvenes del relato de 'Patria'? ¿Se debería recomendar su lectura en los institutos vascos?
- No me compete a mí recomendar mi libro. Dicho esto y considerando el panorama político predominante en Euskadi, soy razonablemente pesimista.
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