Estos son los colectivos radicales unidos contra Falange pero que no se soportan entre sí
El rechazo a la presencia de la extrema derecha era compartida por grupos que pelean por la bandera antisistema
Las protestas contra la presencia de Falange en Vitoria se cubrían bajo el paraguas general de una respuesta «antifascista» contra la extrema derecha, pero debajo ... de ese principio general se tapaban los diferentes grupos que orbitan alrededor de la izquierda abertzale y más allá. Colectivos diversos, que a veces han llegado a las manos y que se entrecruzan insultos, pero que el domingo compartieron lado de la trinchera. Eso sí, pasado el fulgor de la batalla, volvieron a ponerse a caldo.
Los que de manera más activa habían hecho un llamamiento para reventar el acto de Falange habían sido los miembros de GKS, el grupo comunista que ha logrado penetrar con fuerza en un sector de los jóvenes y que vive en constante pelea con la izquierda abertzale. Pero al final las protestas contra la ultraderecha también fueron respaldadas por Ernai y Jardun. Los primeros son las juventudes oficiales de Sortu y los segundos son una plataforma que aglutina a los disidentes propiamente dichos de Sortu.
Jardun es un colectivo que ha dado cobijo a buena parte de los que siempre han rechazado la apuesta institucional de EH Bildu. Quiere replicar la antigua estructura del MLNV –Jardun sería Kas, Aske haría de Gestoras y Jarki sería el partido–. Toda una sopa de marcas con una reducida capacidad de movilización pero capaces de meter ruido de forma esporádica. Son herederos de todos aquellos críticos con el giro estratégico de la izquierda abertzale oficial. Los que hace unos años colocaron una pancarta en San Mamés donde ponía 'Sortu jokoz kanpo zaude' (Sortu está en fuera de juego). Fueron, también, los que se manifestaron por la tarde por Vitoria y se concentraron ante las puertas del Palacio de Justicia para pedir la libertad de los detenidos por la Ertzaintza.
La relación entre Jardun y GKS es distante, aunque no tanto como la que ambos mantienen con Ernai. Entre los tres se lanzan constantes ataques, se acusan de «españoles», «burgueses», «traidores»... Todos compartieron críticas furibundas a la Falange y a la Ertzaintza, pero luego volvió el pulso por ver quién es más antisistema.
Sobre todo, después de un comunicado de EH Bildu en el que, tras los ataques a la Policía, se venía a decir que no había que caer en las provocaciones de la extrema derecha, que hay otras formas de responder. Y eso se ha visto desde el entorno de GKS como una demostración de lo 'acomodada' que se ha vuelto la formación de Arnaldo Otegi. Y todo para frenar una convocatoria de Falange, un partido más que residual que en las generales de 2023 obtuvo 4.683 votos. En toda España.
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