E. C.

Liderazgos futuristas

Lunes, 1 de diciembre 2025, 00:01

La memoria, reciente, lejana y remota, ha ganado protagonismo político en las últimas semanas. Uno de los argumentos sobre la utilidad de las políticas relacionadas ... con la memoria está relacionado directamente con el futuro. Más allá del ejercicio de verdad, justicia y reparación que merecerían las víctimas, se trataría de generar una cultura cívica compartida que impidiera que en el futuro se pudieran volver a repetir los horrores y atrocidades que tratamos de no olvidar.

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El futuro ideal sería aquel en el que no regresara ninguna de las pesadillas que necesitamos recordar para que no rompan los sueños de las siguientes generaciones que vendrán detrás. La neutralización de las pesadillas del pasado convive con la gestión de nuevos miedos con connotaciones apocalípticas. Y los gobernantes se ven descolocados para contar el futuro a una sociedad que cree muy probable que las guerras, los desastres climáticos, los problemas de acceso a alimentos básicos, una nueva pandemia o la ciberdelincuencia protagonicen el escenario por el que transcurrirá la vida de las siguientes generaciones. El pesimismo y el miedo limitan la esperanza futurista creíble a la creación de refugios viables.

El futuro ya no es el sueño de un Guggenheim en el Urdaibai ni el despliegue masivo y urgente de infraestructuras renovables. La sociedad no empuja por ahí y la política se queda sin la principal materia prima para impulsar el liderazgo futurista. Proyectos como el subfluvial, el túnel submarino que uniría la Margen Izquierda con la Derecha del Gran Bilbao, ya no fascinan en el imaginario colectivo como un avance de la técnica y la ciencia que nos permitiría atravesar la ría con nuestro coche debajo del mar. El futuro se ha quedado en la reducción del tiempo invertido en un desplazamiento de 18 a 4 minutos.

La única forma de conectar con el futuro que tiene en la cabeza ahora mismo la ciudadanía es a través de la seguridad. La ciudadanía solo será capaz de reconectar con su propia visión de futuro si primero se siente segura. Por eso, los mensajes políticos construidos desde la seguridad han ganado un peso inédito en la agenda pública. Desde el nuevo alcalde de Nueva York al consejero de Seguridad del Gobierno vasco, entrevistado este domingo en este periódico, se puede ver ese cambio en el enfoque de la protección de la ciudadanía y en cómo se exploran nuevos caminos para aumentar la seguridad percibida, imprescindible para que vuelva a activarse la mirada futurista de la sociedad. Cuanto más disminuyan los miedos de una sociedad, más probabilidades de que se vuelvan a activar los sueños compartidos.

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