Bases de Sumar y Podemos plantean una asamblea para superar la «división suicida»

Los impulsores de la iniciativa para la «recomposición de la unidad» y bajo el nombre 'Elkarrekin Sumar Bai' ya intentaron evitar la fractura antes de los comicios del 21-A. A mediados de febrero, cuando las negociaciones entre Sumar y Podemos ya parecían abocadas al desastre, promovieron un manifiesto en el que pedían a los dirigentes de ambas formaciones que superasen «con generosidad y realismo» sus diferencias.

Aquel texto sumó más de medio millar de adhesiones de simpatizantes de los dos partidos y también de otros como Equo o Ezker Anitza-IU, diferentes cargos locales y representantes del mundo sindical o académico, como el profesor de Sociología de la UPV/EHU Imanol Zubero. Su reflexión iba acompañada de las perspectivas que vaticinaban por aquel entonces las encuestas: el peligro evidente de que yendo por separado ese espacio se quedase fuera del Parlamento vasco.

Los resultados de Sumar y Podemos fueron paupérrimos y supusieron el punto de inflexión de un espacio político que llegó a ganar en Euskadi las elecciones generales de 2015 y 2016. Fue ese último año cuando alcanzó su cima, logrando once escaños en la Cámara de Vitoria y casi un 15% de apoyo, por encima incluso del PSE-EE. A partir de ahí el descenso ha sido progresivo. Cuatro años después se quedó en seis asientos y un 8%.

La debacle llegó el 21-A. Podemos no tendrá representación en la nueva legislatura tras sacar un 2,2% y Sumar solo un escaño, que ocupará Jon Hernández, secretario general del PCE-EPK, al alcanzar un 3,3% de respaldo. En apenas ocho años se han dejado 100.000 votos. Un escenario que para los críticos demuestra la errática estrategia llevada a cabo por los dirigentes de ambas formaciones en los últimos meses.

En el documento que sirve de convocatoria del encuentro, los impulsores de la asamblea recalcan que la pérdida conjunta de casi un 20% de apoyo respecto a los comicios forales del año pasado muestra «el hartazgo del electorado». El cónclave busca que todas las voces «prounidad» marquen una hoja de ruta que sirva para fortalecer «nuestra capacidad de influencia en la sociedad vasca».

Golpes de efecto

La decisión de situar el proceso de reflexión tras la cita de las europeas de junio pretende abrir un debate de largo recorrido sin las tensiones derivadas de los procesos electorales. A la espera de los golpes de efecto que pueda hacer Pedro Sánchez en los próximos meses y cómo discurra la volátil política española, una vez pasado el 9-J se abrirá un periodo de tres años sin elecciones. La posible unión choca, en todo caso, con un obstáculo que la hace casi inviable: las nulas relaciones entre Yolanda Díaz y Ione Belarra.