Génova impone a Alfonso Alonso el acuerdo con Cs que rechaza el PP vasco

La dirección nacional del Partido Popular dejó este viernes a Alfonso Alonso entre la espada y la pared, y llevó al extremo el pulso que mantiene con la ejecutiva vasca desde hace dos años, al firmar un pacto con Ciudadanos para concurrir unidos a las elecciones autonómicas en unas condiciones que en el PP de Euskadi consideran «una humillación política». En Vitoria desconocían los pormenores de un acuerdo que se ha negociado en Madrid, y que va a imponerse sin cambiar una coma pese a las quejas.

La coalición se denominará 'PP+Cs' y otorga a la formación naranja «dos puestos de salida» en las listas electorales para el 5-A, lo que, en principio, garantiza el estreno de los liberales en el Parlamento vasco la próxima legislatura. El pacto también deja en el aire la elección de Alonso como candidato a lehendakari –pese a que fue designado por Casado la semana pasada–, después de que el presidente del PP vasco plantara ayer a la ejecutiva nacional.

Alonso no acudió a una reunión programada en Madrid para «repasar y firmar» el pacto con Cs. Lo hizo para mostrar su disconformidad con un acuerdo que se ha cerrado a sus espaldas, y que la dirección del PP vasco ha ido conociendo a cuentagotas durante los últimos días a través de los medios de comunicación. Génova, impasible pese a la tormenta, exige ahora a su líder en Euskadi que acepte los términos de la coalición «o se vaya».

El enfrentamiento entre el equipo de Alfonso Alonso y la dirección de Pablo Casado viene cocinándose a fuego lento. Pero el ambiente se volvió irrespirable el jueves por la tarde, después de que portavoces de Cs desvelaran que el pacto de coalición les iba a permitir colocar a dos de sus candidatos como 'números dos' de las planchas por Bizkaia y Álava. Una cesión que los populares vascos consideran «inasumible» y «sobredimensionada» porque el partido naranja apenas logró 13.000 votos en Euskadi en las últimas elecciones generales y no tiene ni un cargo público.

El propio Alonso aseguró a través de Twitter que la propuesta era «inasumible» tras mantener una conversación telefónica con el secretario general del PP, Teodoro García Egea. Génova amagó con recular en una reunión de urgencia convocada esa misma tarde, pero decidió seguir adelante. Al filo de la medianoche la 'número tres' de Casado, Ana Beltrán, envió un 'Whatsapp' al presidente de los populares vascos instándole a que se personara en Madrid ayer por la mañana. Alonso respondió que no lo iba a hacer y que no tenía intención de avalar un pacto cuya letra pequeña desconocía.

La respuesta de Génova fue hacer oficial el acuerdo a las pocas horas. Guerra total. La pelota está ahora en el tejado de Alfonso Alonso. Fuentes de su entorno aseguraron ayer que «lleva las de perder», pero negaron que vaya a presentar su dimisión. Ayer se dejó fotografiar junto a su equipo más cercano, y el lunes presidirá la junta directiva regional, convocada de urgencia para «analizar» el pacto con Cs. «Siempre lo hemos defendido, pero queda tiempo para ajustarlo a la realidad», defendió el PP vasco a través de su perfil de Twitter. El mensaje se refiere a que la confección de las listas aún puede ser revisado. El plazo para registrarlas acaba el 1 de marzo.

El malestar en la ejecutiva autonómica es generalizado. Avalan la apuesta para «reforzar el constitucionalismo» y «plantar cara al nacionalismo», pero consideran que la dirección nacional ha «ninguneado» al PP vasco al tomar una decisión de tanto calado unilateralmente. «Olvidan que tenemos una historia y muertos en nuestras filas, merecemos más respeto».

Más allá del contenido del acuerdo, molesta incluso que se haya sellado en Madrid. Casado tenía previsto visitar ayer Ermua para ratificar la entente, pero a última hora del jueves, cuando la polémica por las listas ya había estallado, anuló el viaje. Génova considera asumibles las cesiones al partido naranja en Euskadi después de que Feijóo haya impedido el acuerdo en Galicia porque luego le tocará a Ciudadanos tener gestos en Cataluña, donde tiene mucho más peso. Otras fuentes populares interpretan que el guiño de Euskadi pretende reforzar a Inés Arrimadas, que el mes que viene se enfrenta a unas primarias que determinarán quién dirigirá el partido liberal. Algunos populares recuerdan que Arrimadas mantiene la puerta entreabierta a «diluir» a Cs en el PP en el futuro si no remonta el vuelo tras el último varapalo electoral.