La zancuda que descansa en Euskadi camino a África
Espátula común (Platalea leucorodia) ·
Una pareja se reprodujo el año pasado en Salburua por primera vez en el norte y se busca que se establezcan también en UrdaibaiLa espátula común es una zancuda inconfundible por su gran envergadura, su color blanco y su costumbre de rastrear los fondos de los humedales con ... su largo y aplanado pico. Hay unas 1.400 parejas reproductoras en la Península y se concentran sobre todo en las vegas del Guadiana, del Tajo, Doñana, Cádiz y las marismas de Odiel. El 90% de la de la población peninsular y cerca de la mitad de la europea residen en Andalucía. Pero es una especie emblemática que puede verse de paso cuando los ejemplares procedentes principalmente de los Países Bajos o Francia recalan en humedales costeros como Santoña y Urdaibai de camino a países como Senegal o Mauritania, en África, a donde viajan cuando se acerca el invierno. Son amigas de las garzas y se alimentan de crustáceos, moluscos, anfibios o pececillos.

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Familia Threskiornithidae
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Distribución Oeste de Andalucía y humedales en migración
En la laguna de Orueta, en Gautegiz Arteaga, delante del centro de observación de Urdaibai Bird Center, han llegado a contabilizarse 600 espátulas, de las que más de 150 portaban anillas de color de proyectos de seguimiento de diferentes países del norte de Europa. El año pasado, el centro adquirió cinco pollos nacidos en el Zoobotánico de Jerez de La Frontera para su introducción en Urdabai. Los progenitores eran ejemplares nacidos a partir de huevos rescatados en las marismas onubenses de Odiel. Se trasladaron a Urdaibai en su quinta semana de vida, y luego se mantuvieron en un aviario para que su instinto filopátrico favoreciese su retorno para la reproducción natural en la marisma. Portaban anillas y abandonaron la zona en noviembre. Ahora se está a la espera de si regresan para criar en las marismas.
El año pasado se tuvo constancia de que una pareja eligió el humedal de Salburua para criar por primera vez en el norte de la Península. Lo hizo de forma tardía, la primera semana de julio. Fue toda una recompensa para los gestores de la biodiversidad del espacio, porque las espátulas son muy exigentes a la hora de escoger sus zonas de cría. Se consideran amenazadas a escala continental y su protección es estricta. En el catálogo vasco la especie está calificada como «vulnerable».
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