Rutas cerca de casa para conocer a personajes históricos
Que existan estos paseos y propuestas significa que alguien ha reconcido la labor de varios hombres y mujeres en sus respectivas áreas. Ahora te toca a ti saber más de ellos y ellas
Algunos nombres propios pasan a la historia pronunciados con fuerza, repetidos con ahínco en libros y enciclopedias. Otros, aunque importantes, se diluyen con el tiempo que todo lo borra y hace a las memorias olvidadizas. Basta rascar un poco entre esas páginas de papel o en las virtuales ahora, para encontrar figuras que contribuyeron a la historia o a la cultura desde distintos ámbitos, con mayor o menor relevancia mediática, pero el mismo impulso creador y el deseo humano de prevalecer, a pesar de no estar ya presentes.
Estas líneas parten en busca de alguna de esas mujeres y un par de esos hombres que han dejado su impronta en el mundo a base de arte, de batallas e incluso del deporte. Todos se convirtieron en algo más que una persona amada para sus familiares o un buen amigo para sus amigos. De ellas y ellos sobreviven sus hazañas, más grandes o más pequeñas, pero cumplidas. Gentes que, aunque no buscaran la notoriedad, la encontraron. Sean, pues, bienvenidos a este paseo por lugares con apellido.
Getxo (Bizkaia)
Pionera del golf

Fue la primera profesional femenina del golf español y la primera en obtener la licencia de maestra de la Federación Española en 1958. Getxo, que reconoce su clara vinculación con la actividad deportiva y resultó nombrada Mejor Ciudad Europea del Deporte en 2014, propone un recorrido en honor a Elvira Larrazabal Bengoetxea. Puedes plantearlo a pie o en bicicleta, tú eliges el modo que mejor se adapte a tus gustos. Discurre por bidegorris, pasa junto al río y hace escala donde se ubicó antaño la Real Sociedad de Golf de Neguri, el lugar en el que Elvira empezó a practicar con sus primeros palos.
Larrazabal comenzaría su relación con el golf dentro de esa Real Sociedad de Golf de Neguri ya nombrada. Allí daba clases su padre, Angelín. Dicen que Elvira practicaba su juego corto utilizando las baldosas de la cocina de su casa natal. Su progenitor enseguida se percató de las facultades de aquella niña. Profesor del club como era, la animó a practicarlo a pesar de que se consideraba una disciplina masculina. Para apoyar las fortalezas que veía en la pequeña, le regaló su primer conjunto de palos, de segunda mano, no había dinero para más, después de quitar el óxido que los cubría.

Aquella dedicación tuvo recompensa. Entre los años 1952 y 1955, Elvira ganó todos los torneos en los que participó, incluidos cuatro campeonatos de España y dos internacionales. Su vida siempre estuvo relacionada con el deporte en general, incluso se casó con un árbitro internacional de fútbol, José María Ortiz de Mendibil. Y justo porque tuvieron hijos, se alejó unos años del ámbito profesional. Pero regresaría más tarde.
El desarrollo demográfico de Neguri supuso el traslado de La Real Sociedad de Golf a La Galea. Igual que sucedió con el anterior, el campo había sido diseñado por Javier Arana. Suma 18 hoyos sobre una longitud de 6.280 metros con un par de 72. La casa club la diseñó el arquitecto Eugenio María Aguinaga Azqueta. En 2011, el Ayuntamiento de Getxo reconoció la trayectoria deportiva de nuestra protagonista en los Premios del Deporte-Sasoi Sasoian, y le entregaron el Molino de Aixerrota de plata.
La ruta, disponible en la web www.getxo.eus/es/turismo, puede hacerse cuando a cada cual le convenga. Parte del Parque Arenas Club y pasa por diversas localizaciones como la Urbanización Antiguo Golf, donde durante 50 años se encontró la Real Sociedad de Golf de Neguri, según proyecto de los hermanos Iñiguez de Onzoño. El paseante conocerá la Casa del Magnolio (1955), obra de Eugenio Aguinaga, o la Casa doble (1923), construida por el arquitecto Diego Basterra, cuyo cuerpo izquierdo obedece al estilo neovasco popular, mientras que el derecho emparenta con la casa montañesa.
También conocerá el edificio Las Ardillas (1981), innovadora arquitectura-escultura de Rafael Manene, rompedora gracias al material cerámico de su fachada. El Palacio Figols-Leku Eder (1950), que el naviero Eduardo Olano, conde de Figols, encargó a Ignacio María Smith. Y el humedal de Bolue, que debe su nombre al molino situado en el nacimiento del río Bolu (molino). Su peculiaridad respecto a otras zonas húmedas costeras de Euskadi es que cuenta con agua dulce, no salada. Por eso y por sus especiales condiciones medioambientales, es único en la costa vasca, con variada flora y fauna: reptiles, tejones, zorros y jabalíes. Por cierto, ofrece miradores para facilitar la observación y el contacto con los animales.
Tolosaldea (Gipuzkoa)
Un libro inspirador

Nos trasladamos hasta los pueblos de Hernialde y Alkiza, en busca de un recorrido literario que suma ventajas naturales e históricas. Lo inspira una novela del escritor Joxean Sagastizabal, 'Kutsidazu bidea, Ixabel', de ahí que se llame igual. Lo importante es que está señalizado, para hacerlo por cuenta propia con tranquilidad. Del libro salió también una obra de teatro, una película e incluso un musical. Cuenta, con humor, las vivencias de un joven donostiarra, Juan Martin, que trata de perfeccionar su euskera, y para hacerlo se traslada a un barnetegi de Hernialde.
El itinerario sigue los pasos del protagonista desde allí hasta el euskaltegi de Alkiza. Se trata del camino que hace a diario, donde el visitante podrá admirar el paisaje, el macizo de Hernio-Gazume y el valle del río Mandabe. Se alarga 4,4 kilómetros, hora y media aproximadamente traducido en tiempo, porque además cuenta con tres paradas temáticas donde se ocupa del vocabulario y repasa referencias clave de la obra.

Obedece al antiguo camino vecinal, solo tienes que atender el símbolo de la horca para completarlo. Campas y caseríos, huertos de manzanos y bodegas de txakoli, completan la postal que busca evocar el País Vasco más rural con el sentido del humor como guía. En resumen, la ruta es sencilla, perfecta no solo para personas adultas, sino también para familias con niños que disfrutarán la caminata mientras corretean entre verde.
El autor del libro, Joxean Sagastizabal, nació en Eibar. Licenciado en Ciencias Económicas y Magisterio, fue profesor de euskera durante más de diez años, así que sabe bien de lo que habla. Publicó la novela en 1994, batiendo récords de ventas de literatura en euskera.
Hortigüela (Burgos)
Arte forjado en el bosque

Nos ponemos imaginativos para cruzar hasta la provincia de Burgos. Allí aguarda otra ruta, 'El Sendero de la Imaginación', definida como un pequeño museo al aire libre de esculturas de hierro forjado. El nombre que pone base a esta experiencia es el del herrero José Luis Blanco García. Se encuentra a unos minutos del pueblo vecino de Hortigüela, en el paraje de Las Viñas, poblado por los personajes y animales creados por él mismo, así que se trata de un plan perfecto para ir con los peques, que acabarán sorprendidos en cada encuentro con las piezas.
Funde contacto con la naturaleza en un robledal situado dentro de la Sierra de la Demanda con aproximación artística. Descubre, entre otras figuras, la de un jabalí, una tortuga, un extraterrestre, un dinosaurio… E incluye homenaje a la película 'El bueno, el feo y el malo', por si alguien es fan, cuyos exteriores se rodaron en esa zona.

Lo curioso es cómo nació esta ruta, por qué José Luis decidió darle forma por primera vez hace ya una década. Narra él mismo que intuía caras en los restos de arados y otros hierros que guardaba acumulados como chatarra. Y la cabeza empezó a darle vueltas, a trabajar sola. Imaginó un personaje, El Estebón, que pronto contaría con mascota, un perro, Tolola. La Plaza Mayor de Hortigüela exhibe las figuras de esa raíz primigenia, de esa búsqueda escultórica, regaladas al pueblo por el autor. Pero aquello no era suficiente, acababa de comenzar. Y poco a poco, a los restos almacenados se unieron los que le cedían otros vecinos. Así surgieron bailarines, aves, ciclistas… hasta un Don Quijote acompañado de Sancho Panza. Eran ya tantos que programaron una exposición. Y, tras esta, el artista se fijó en nuevos materiales, un pedazo de hierro, un palo del monte, una piedra del camino… Nacieron así pequeñas esculturas de hierro forjado que son las que hoy se reparten por ese paraje.
Respecto a los datos prácticos, hablamos de una ruta de poco más de un kilómetro, circular y muy asequible. Lo curioso es que algunas esculturas se localizan sin problema, pero para jugar un poco con los visitantes e interactuar, otras aguardan algo más escondidas, y las hay menos claras, más intuitivas, para que cada persona decida su propia traducción respecto a lo que allí ve, como cuando nos fijamos en las nueves y uno ve un elefante tragado por una serpiente donde otro solo distingue un sombrero, como en 'El Principito'.
Villanañe (Álava)
Mujer de armas tomar

Imposible resistirse a esta historia, por mucho que te la hayan contado ya. Esta es una de esas leyendas que calan en la memoria, una vez escuchada no sale de allí pues suena a película, a novela de las que merecen atención. La leyenda, que se remonta a finales del siglo XI y primeros del XII. Dice que la Torre-Palacio de los Varona contaba entres sus huéspedes con una mujer de las de rompe y rasga, tozuda y con carácter, llamada María Pérez. Ella sostiene el nombre que interesa en este caso, a ella se dedican estas líneas. Residía allí junto a sus hermanos varones y, obviamente, la época marcaba diferencias entre los machos y la hembra. Un día, ellos partieron a luchar a la guerra liderada por Castilla y Aragón. Querían que María se quedara en casa, como hacían el resto de féminas, pero ni corta ni perezosa, la muchacha se calzó la armadura de la familia y acudió a la batalla en Barahona. Aseguran que, en un determinado momento por causas no aclaradas, acabó separándose de las tropas y justo entonces fue a toparse con el rey Alfonso I 'El Batallador', su contrincante, pues el clan luchaba a favor del rey de León y su madre Urraca. Se enfrentó a él sin complejos, logró derrotarlo y hacerle prisionero.
Cuando el rey de Aragón descubrió que le había vencido una dama, quedó estupefacto por su pericia con la espada y dicen que exclamó: «Habéis obrado, no como débil mujer, sino como fuerte varón y debéis llamaros Varona, vos y vuestros descendientes y en memoria de esta hazaña usaréis las armas de Aragón». Obviamos el machismo del comentario, lo excusaremos porque eran otros tiempos. Lo importante es que ahí quedó el relato y, por su valentía, ella fue bautizada desde entonces como Varona, y así quedó para siempre ese apellido y el nombre de este lugar.

La Torre-Palacio de los Varona se distingue como ejemplo de solidez y de fuerza, como María. Visitable, no sorprende únicamente por su infranqueabilidad pasada, debido a la arquitectura militar que le da y le daba forma, sino por la historia que guarda ese apellido. El edificio forma un conjunto nutrido por dos partes, el palacio y la torre ajustada en sillería.
El palacio es un gran ejemplo de arquitectura militar del siglo XIV, muchos aseguran que el mejor conservado de toda la provincia de Álava. Descansa sobre una planicie, visible desde kilómetros antes de acercarse, contundente y sin complejos. La torre luce remate en los ángulos de garitones prismáticos apeados por modillones. Su pared sur muestra un matacán. Y los aleros de la cubierta a cuatro aguas cubren la zona almenada. Un muro almenado y un foso con agua rodean la torre. Dentro, durante las visitas, se explica su pasado y la vida palaciega.
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