Al monte de la mano de los clubes mendigoizales

En esta ocasión no seremos nosotros los encargados de recomendar las rutas senderistas. Hemos pedido a cuatro grupos de montaña que busquen entre sus recuerdos alternativas dignas del esfuerzo, sendas aptas para aficionados, accesibles sin necesidad de saberse experto. Eso no quiere decir que las califiquen de paseo, pues requieren sus horas de caminata, pero evitan peligros a gente poco acostumbrada.

De la existencia del Alpino Tabira Mendi Kluba se tiene constancia desde 1928 por un artículo de la revista 'Pyrenaica'. Casi un siglo lleva, pues, este club de Durango en marcha, que nos propone una excursión larga. «El principal aliciente reside en conocer las barriadas de caseríos alejados de las rutas principales, con sus ermitas y elementos etnográficos como hórreos, lavaderos, fuentes, molinos... más las Peñas de Durangaldea y la sierra de Aramotz en el horizonte», explica Roberto Gil.

Afrontamos la primera etapa de un Camino de Santiago 'sui generis' que el club va a llevar a cabo en los próximos años. «Está basada en el Camino Olvidado a Santiago y en el Camino de Invierno, pero no los sigue fielmente; cuenta con variaciones que nos han parecido interesantes y elimina tramos de carretera en favor de otros más seguros», comenta. Consta de 28,5 kilómetros –unas 8 horas contando las lógicas paradas–, que serían 5 si finalizas en Amorebieta.

Arranca en la ermita de Madalena de Durango para seguir por terrenos de Iurreta camino de la única cumbre del recorrido, el Azkorra (335 metros), coronada por la ermita de San Cristóbal, y pasa por el hórreo de Ertzilla, uno de los pocos que se conservan en Bizkaia, los caseríos Gaztañatza y la ermita de Santa Mañe de Arriaundi. Descenderás hacia los caseríos de Orobios. A partir de ahí se une al GR Mikeldi y entra en Amorebieta. «Poco después de Zamalloa, abandonamos el GR y subimos por el remozado molino de Errotazar a la ermita y área recreativa de San Martín. De ahí continuamos por los caseríos de Alaka hasta Etxano, donde destaca la iglesia de Santa María», explica Gil.

Te toparás con el PR 'Andrés Espinosa' que pasa junto a las ruinas de la ermita de San Juan hasta el barrio de Larrea y el convento de los Carmelitas Descalzos (XVIII). La última parte conduce hasta el barrio de Boroa, desde donde subir a San Martín (302 metros), para descender luego al barrio de Belarrinaga (Larrabetzu). Desde los caseríos, un sendero de pequeño recorrido conduce al municipio.

El año 1924 marca el pistoletazo de salida para el Bilbao Alpino Club, que nos reta a recorrer Valderejo, donde habita la mayor colonia de buitres leonados de Euskadi. Cubre 18 kilómetros, 600 metros de desnivel, unas 6 horas. «La ruta –explica Begoña Fernández– comienza en la Casa del Parque (Lalastra) y transita en sentido contrario a las agujas del reloj por las cimas que componen el circo de Lerón, el elemento montañoso más significativo del parque», agrega. Arrayuelas con 1.119 metros, Recuenco con 1.241 y Vallegrul con 1.224 ponen nombre a los ascensos.

El cierre de Valderejo es una de las estructuras geológicas de gran escala mejor conservadas en Euskadi. Al norte descansan las rocas calizas de Arrayuelas. Al noreste los acantilados que recortan el circo de Lerón, la meseta sobre el cresterío. Al este, el acantilado casi vertical con la ermita de San Lorenzo. Al sur, los relieves de Vallegrul hacia el desfiladero del Purón, oculto por la Peña el Cubo. El parque tiene gran interés para los amantes de la naturaleza y la ruta elegida reúne los ingredientes que busca cualquier mendizale: variedad de paisajes con zonas de roca y pasto, bosque, cimas de interés y vistas. «Se aprecia bien la morfología del parque y las cadenas montañosas que lo circundan», defiende.

Se hacen llamar 'Los del Nacimiento' porque desde 1970 colocan un Belén cada Navidad en la cruz del Gorbea. No son un grupo de montaña, cada cual pertenece al suyo y, aunque la mayoría están inscritos en la Juventus Sociedad Deportiva de Bilbao, suman adeptos del Baskonia, el Alpino, el Ganguren... Josu Beltrán pone voz a la sugerencia que lleva hasta el monte Bizkai (823 m), en la navarra sierra de Oskia. Estamos ante una ruta circular de 9 kilómetros, con 360 metros de desnivel acumulado, unas 3 horas de caminata y paradas. «El recorrido comienza junto a la iglesia de Otsobi, cerca de Irurtzun, y asciende suavemente siguiendo la señalización entre arbolado, hasta la cresta de la sierra donde se despeja el camino y se aprecian vistas magníficas», informa Beltrán. Podrás ver el Gaztelu (998 m) y el Txurregi (1.121 m). «Cresteas hasta encontrar el buzón en el punto más elevado y puedes regresar por el mismo sitio o bajar a Atondo para volver por carretera».

Es una ruta de sencilla, cómoda y con preciosos paisajes, ideal para ir con niños. «La excursión se puede completar con visitas a la ermita de Nuestra Señora de Oskia, junto al río Arakil, o a la iglesia de San Juan Bautista en Otsobi. En dirección a Irurtzun se encuentra el centro budista Karmapa Mikyö Dorje, fundado hace más de 30 años por un lama pamplonés. Y si se vuelve a casa por la Sakana, es obligado parar en Egino para ver la grieta de La Leze», detalla.

Pedro María Aizarna, presidente del club Ganguren de Galdakao, recomienda las nuevas rutas señalizadas para subir al monte Upo y sus variantes. Forman parte de la labor que el grupo ejerce desde su nacimiento en 1945, aunque ya en 1927 aparecía en la revista Pyrenaica como federada la agrupación Club Elexalde Galdacano. «En enero de 1946 ya contábamos con once primeras mujeres socias», especifica.

En cuanto a las salidas, existen dos opciones con inicio en el municipio. La primera es el Sendero Artetagane, ascenso a la cima de 15 kilómetros, para cualquier aficionado. «Hay lugares espectaculares como el horno de Azaola, el viñedo Berez Galanta, que cruzamos por el centro, las ermitas de San Antón Txikerra en Arteta y la de la Asunción en Bekea». La segunda, la Travesía Upomendi, transita por 22 kilómetros y está pensada para montañeros. Idéntica a la anterior hasta la cima, desde ahí continúa hacia el cordal de Tontorrandi, «precioso rompepiernas hasta Irumugarrieta. Baja a la presa de Lekubaso y, antes de llegar, se contemplan los tres pinos plantados en 1898 por el geólogo y espeleólogo Adán de Yarza», advierte.

Las rutas, circulares ambas, están disponibles en la web del club. «Aprovechamos para animar a apuntarse a dos pruebas en nuestra página. El 22 de mayo tenemos el Mugarriz-Mugarri (de mojón a mojón) con 52 kilómetros por las mugas de Galdakao. Y el 26 de junio el I Trail Zazpi Trokak, con 21,5 kilómetros y 1.200 metros de desnivel positivo».

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