El Halloween más divertido se celebra en bodegas, bibliotecas y centros de protección de la fauna

A muchos no les gusta esto de Halloween porque suena muy norteamericano, pero conviene desechar prejuicios porque el asunto viene de lejos: hace décadas ya se agujereaban ojos y bocas en las calabazas de los caseríos vascos. La tradición de festejar el día de los muertos se remonta, según la universidad de Oxford, más de 3.000 años. Los celtas instalados en Europa celebraban su año nuevo, el 'Samhain', festival de la cosecha, el 1 de noviembre de nuestro calendario. Según sus creencias, la víspera los espíritus vagaban por el mundo antes de viajar al más allá. El rito despedía al dios del Sol Lugh y saludaba a las noches gélidas y oscuras.

Superadas las golosinas típicas del 'truco o trato', disfrutarás una experiencia gastronómica. Apunta: 31 de octubre, 21.00 horas, en el centro temático del vino Villa Lucía. Te espera una velada digamos que… singular, con muertos vivientes, fantasmas y brujas para maridar enogastronomía, cultura y jolgorio. Adultos y niños pueden apuntarse a la cita llena de magia, literalmente. Con la actuación del Mago Iceman y ritmos latinos e internacionales del Dúo Imperial. Hasta a los muertos les gusta mover el esqueleto.

La cena-picoteo estará llena de delicias terrenales, a pesar de las almas en pena presentes. Empanada artesana con verduras, emparedados de pan de Azkoien con vegetales y pollo, perritos estilo Halloween con sangre de Ketchup y crema de mostaza, hamburguesas mini de carne picada de cerdo de caserío, pizza de embutidos Martínez Somalo con jamón reserva, pizza vegana, nachos con crema cheddar al estilo infeccioso, cheese cake con toque de calabaza... Si vas disfrazado entrarás en un sorteo de aterradores premios.

Nada mejor que un panteón para pasar la noche de difuntos, con misterio, desapariciones, muertos y muchos, muchos hábitos. No de costumbres, sino de los que visten los monjes. El lance está servido en esta sala de escape. Arranca con una pregunta: ¿qué fue del viejo franciscano Fray Guillermo de Holmes? Discípulo del investigador Guillermo de Baskerville, se esfumó sin dejar rastro. Los maliciosos novicios comentan que huyó con una mujer, pero nada encaja. Lo único que sabemos con certeza es que indagaba sobre el destino de una misteriosa joven y la trágica historia de una familia.

Su pista se perdió en el enclave elegido para el descanso final, donde aguardan secretos que quizá no debieran salir a la luz. A ti te toca, sin embargo, iluminar el camino. Un par de farolillos te ayudarán a hacerlo. Transitarás por una divertida senda sin terrores, aunque repleta de enigmas entre tumbas y calaveras, llamas encendidas y crucifijos. Reclinatorios, altares y estatuas se sumarán a esta ruta en la que demostrarás si eres un digno sucesor del eclesiástico ausente mediante rompecabezas, pruebas de memoria, destreza y lógica mientras recorres la sigilosa vereda plagada de incertidumbres con paciencia y la ayuda de Dios.

Reunirse alrededor del fuego en una habitación alumbrada con velas para escuchar cuentos de miedo es una invitación difícil de rechazar. Alabazan hará temblar (de gusto) con sus narraciones a un público entregado. El 27 de octubre, a las 18.00 horas en la biblioteca del Centro Cívico Aldabe (Vitoria), la sesión para txikis de 4 a 7 años será en euskera. Lo esencial es que los relatos elegidos para esta ocasión en vez de dar miedo, lo quitan. Ofrecen fórmulas para hacer frente a brujas y monstruos. El día 31 la propuesta repite en la biblioteca municipal de Orduña, a las 11.00 para críos de 3 a 5 añitos y a las 12.30 de 6 a 9 años.

Cambio de tercio en Leioa, que acoge el 5 noviembre un espacio creativo en el que diseñar siluetas y jugar con ellas ante la luz, contrapunto a tanta oscuridad, con el objetivo de animarlas con voces y música, para inventar historias. Los niños y niñas deben acudir acompañados de adultos. A las 11.30 horas en la biblioteca de Pinueta y a las 17.30 en la Kultur Leioa.

Serán cuatro días de suspense, del 28 al 31 de octubre. Dentro de una bodega centenaria, enclave enigmático ya de por sí. Para beber vino solo si te lo has ganado. Eso sí, antes de pegar un buen sorbo deberás superar una escape room diseñada especialmente para Bodegas Franco-Españolas. Oscuridad y suspense presiden la aventura cuyo premio son dos copas de vino Bordón. ¡Suena la señal de alarma! ¡El caldo ha desaparecido! La sustracción de unas botellas alerta al encargado de que precisa ayuda para encontrarlas antes de que la noche de los difuntos dibuje una débil línea divisoria entre nuestro mundo y el otro. La niebla nos cubre y los participantes presienten la presencia del mal. Niños y animales, los más intuitivos, parecen especialmente inquietos. Quienes pueblan ese otro mundo oculto a nuestros ojos llaman a la puerta de la bodega, alguno con dudosas intenciones. Deberás demostrar valentía durante los 45 minutos que dura el reto, constancia para resolver el enigma.

Fauna y miedo se dan la mano en Senda Viva. ¿Qué te parecería entrar en 'El comedor de las torturas' localizado en la zona de las Aves? Suena interesante, ¿no? La especificación es que dispone de tres niveles de sufrimiento. ¡Genial!, con lo que nos gusta pasarlo mal, sobre todo cuando sabemos que mal significa lo contrario. El riesgo exento de riesgo es perfecto, resulta excitante, no traumático. Un chef y la jefa de sala aguardan la llegada de carne fresca para preparar sus platos, seleccionando la mejor entre el público, claro.

Puedes apuntarte a otras novedades de estas jornadas terroríficas. Pasar por 'El rostro del miedo', en la zona del Pueblo, donde un personaje obsesionado por las historias de terror, que posee una colección de artículos inquietantes, aguarda en una pequeña casa. Por 'El laberinto vegetal', en la zona del Lago, oscuro jardín que esconde sorpresas… y sustos. 'El sótano del abuelo', donde debes seguir las pistas del anciano Jack para esquivar a los fantasmas. O el pasaje 'Los gritos de la naturaleza', plagado de seres aterradores, de una naturaleza que se rebela contra el ser humano y trata de impedir su huida.

Hay tiempo de sobra, hasta el 13 de noviembre. Para los más pequeños ofrecen espacios sobrecogedores como los photocalls 'Horrocall', donde la brujería domina el ambiente, o el 'Día de los muertos', inspirado en la festividad mexicana. La actividad 'Chef Júnior Halloween' en el restaurante del Lago, de la mano de la bruja Maruja, invita a cocinar sospechosos calderos, pócimas que te matarán de risa. Asiste a la siniestra función del circo repleto de magia, acrobacias, humor y sorpresas, con cabaret salvaje incluido. O participa en el concurso de disfraces que busca a la mejor familia mutante. El premio: un bono familiar para 2023.

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