Por las alturas del Sistema Ibérico
La carretera que lleva a la estación de esquí de La Rioja regresa a la Vuelta, excusa perfecta para acometer una ascensión que se va volviendo más amable según avanzan los kilómetros
El 31 de agosto, domingo, la Vuelta a España regresa a Valdezcaray, lo que nos sirve para elegir el destino de nuestra próxima ascensión en ... bicicleta. Va a ser, como la mayoría de las escaladas a estaciones de esquí, mucho más cómoda que los trayectos que llevan a los puertos clásicos, pues, como en otros casos, se trata de una carretera relativamente reciente. La estación, que ahora languidece porque hay inviernos en los que las pistas se pueden utilizar sólo unos pocos días, fue inaugurada en 1976. Es verdad que, aunque se sitúa en la ladera del pico más alto de La Rioja, el San Lorenzo -que es el segundo más alto del Sistema Ibérico tras el Moncayo-, no es la ascensión más alta que podamos realizar en dicha comunidad sin salirnos del asfalto. Ese honor recae en el puerto de la Cruz de la Demanda, donde la carretera llega hasta los 1.840 metros de altitud. Nuestra ascensión de hoy, Valdezcaray, va a partir de la localidad de la que toma el nombre. Si no tomáramos el desvío a la izquierda -insistentemente señalizado, porque no parece entenderse que alguien quiera seguir por esa carretera-, continuaríamos hasta la citada Cruz de la Demanda.
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Distancia 13,7 km.
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Altitud 1.560 m.
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Pendiente media 5,2%
La subida es relativamente amable porque es la subida más progresiva que conozco. Los dos primeros kilómetros rondan el 8%, y los últimos el 3%. Por el camino, la pendiente decrece de forma gradual, de forma que lo suyo, si estás en forma, es acabar a plato. Desde el desvío son menos de 14 kilómetros, en los que se superan poco más de 700 metros de desnivel que te van a dejar en un aparcamiento amplio y, muy frecuentemente, desierto.
Si te quedan ganas, te recomiendo que vuelvas a la carretera que has abandonado y, al llegar a ella, gires hacia la izquierda y sigas subiendo hasta que esta se termine. Y si te cansas -o aburres, pero no creo- con darte la vuelta y dejarte caer llegarías de nuevo a Ezcaray, el punto de partida. Lo que puede que te pase, ojo, es que te arrepientas de haber ido con la bicicleta de carretera, y que no puedas continuar por una pista tentadora, ahora ya sin asfalto, que se dibuja ante tus ojos y continúa hacia el otro lado.
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