Irala, un barrio inglés en Bilbao
El fundador de Harino Panadera diseñó para sus empleados una urbanización modélica de viviendas dignas, parques y servicios
Algunas personas somos muy de barrio, llevamos inscrito en la piel el sentido de pertenencia, el gen de esas calles en las que transcurrió la ... infancia. Amamos el lugar donde fuimos tan libres como se podía ser cuando éramos niños, rincones que marcan nuestro ADN. Eran otros tiempos, cuando las barriadas se abrían a los más pequeños en forma de terreno inexplorado para que campáramos a nuestras anchas y todo parecía una aventura. Terminados los deberes, salíamos pitando de casa, bocata de mortadela o de Nocilla en mano (siempre hubo clases), a comernos el mundo.
Visitas guiadas
-
Reservas kulturabilbao.firebaseapp.com
-
Próximas actividades 'Bilbao Izan', la cita cultural y arquitectónica con otros barrios de la capital vizcaína, continúa tras las vacaciones. En septiembre toca el turno a Zabala, mientras que en octubre los interesados podrán recorrer Errekalde. Existe una modalidad para adultos y otra para familias
Jugábamos al truquemé, a burro, al hinque… Bajábamos cuestas en patines o goitibera. Nos colábamos en casas abandonadas, espacios prohibidos y misteriosos. Crecimos con las piernas llenas de rozaduras y los codos convertidos en postilla porque caerse –y levantarse después del trompazo sin una lágrima– era lo normal. Conocer de adulto la historia de los barrios que acogieron nuestras quijotescas andanzas, saber más sobre sus edificios, completa el organigrama de nuestro pasado.
A pocos les interesaría a los diez años el nombre de Juan José Irala Arriola, pero 30 años después la cosa cambia, sobre todo si eres de Iralabarri. En julio, este coqueto barrio de Bilbao es el elegido para las visitas gratuitas que ayudan a saber más sobre el pasado de la capital vizcaína y el propio.
El guía, Mikel Andrés, espera en el caserío Giña, donde comienza la ruta. Locuaz, su narración mezcla acontecimientos históricos con chascarrillos. Mantiene así la atención del grupo cuando cuenta, por ejemplo, que el colegio público Tomás Camacho, diseñado por Pedro Ispizua, está dedicado al periodista que abogó por una educación basada en el cariño, nada de a golpe de regla (historia) y que de sus alumnos se decía «Entran burros y salen machos» (chascarrillo).
Pero volvamos a Juan José Irala. El asistente al paseo de una hora descubrirá que gracias a este hombre de negocios nació el entorno. Allí construyó las casas de aspecto inglés, para alojar a los empleados cerca de su fábrica, Harino Panadera.
Aquellos hogares favorecían mayor calidad de vida; los números ayudan a entenderlo: el 45% de la superficie estaba ocupada por inmuebles y el 55% restante por aceras y zonas verdes. «Creía que si sus trabajadores vivían felices rendirían mejor en la empresa, por eso construyó además un economato y una botica, organizaba actividades culturales y creó el Banco del Céntimo, que se abría a los niños para que comprendieran el concepto del ahorro. Eso sí, prohibió instalar tabernas, era enemigo del alcohol. Si levantara la cabeza y contemplara los bares que vemos ahora le daría algo», comenta Andrés con cierta sorna.
Desvelar en estas líneas lo contado durante la visita supondría destrozársela a quienes acudan. Por eso solo adelantamos que habrá tiempo de hablar sobre la anteiglesia de Abando, las 'casas baratas' de Torre Urizar, la labor de los franciscanos o la plaza de toros. También acerca de las Mujeres Modernas, un grupo que abogaba por los derechos femeninos y cuyo progresismo se extendió a otros lugares.
Y sobre las visitas de la reina Victoria Eugenia al palacio Villa de Mena o el interés de Alfonso XIII por la zona. Un barrio muy bilbaíno que, sin embargo, luce arquitectura de estilo inglés, berlinés, afrancesada e incluso modernista.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión