Escenario de una historia de amor imposible

Se podría incidir en todo ello, pero esta vez toca dejar la historia a un lado y dar paso al amor. Sí, al amor, y es que esta localidad segoviana fue escenario de un romance de esos imposibles. La familia Fonseca eran los señores del lugar, aquellos que construyeron el imponente castillo que hace destacar a Coca. Pues bien, las malas lenguas contaban que Don Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza -cuyo vínculo con el Cid es inexistente-, primogénito del Cardenal Mendoza, al enviudar se enamoró de María de Fonseca. Se dice que estaba tan encaprichado de ella que llegó a rechazar a Lucrecia Borgia.

Pero digamos que el marqués de Cenete tenía fama de picaflor y los Fonseca se negaron a tal relación, e incluso el propio Fernando el Católico ordenó que la joven se casara con otro hombre, y ante la negativa de ella fue obligada. Tras dar el sí quiero -o lo que se dijera en aquel entonces-, tanto María como su esposo se trasladaron al Castillo de Coca.

Don Rodrigo, enfurecido y con el corazón roto, intentó acceder a la fortaleza y raptar a su amada, pero a cambio estuvo a punto de perder la vida cuando lo expulsaron a base de aceite hirviendo por el matacán. Con los propios Reyes Católicos en contra, parecía que este romance terminaría aquí, pero, como se suele decir, el amor todo lo vence. Al quedar María viuda fue internada en el Monasterio de las Huelgas. Y hasta allí fue él a buscarla y finalmente logró desposarla. A ella la desheredaron los Fonseca y se cuenta que nunca pudo regresar a Coca.

Pese a tratarse de una 'bonita' historia, lo cierto es que Coca no necesita ni este ni otros relatos para brillar. Nada más llegar la propia estampa ya cautiva al visitante. Lo primero que llama la atención es su castillo de estilo gótico-mudéjar de finales del siglo XV, muy característico gracias al uso del ladrillo como decoración y las líneas horizontales predominantes.

Un foso de 20 metros de profundidad da la bienvenida, y el interior dejará con la boca abierta al más valiente. Se podría hacer una amplia descripción de lo que se encuentra dentro, pero es tan impresionante que es mejor acercarse a verlo. Les adelanto que podrán pasear por sus almenas y torreones, subir hasta la torre del homenaje e incluso acceder a la mazmorra. Y todo ello con hermosas pinturas y una sorprendente acústica.

No muy lejos de la fortaleza, se encuentra una solitaria torre. Es la única parte que queda en pie de la Iglesia de San Nicolás. Esta vista es más una atracción -y no precisamente para las personas con vértigo-. En su interior hay un andamio que guia hasta lo más alto, donde se sitúa una terraza a modo de mirador. Queda advertido que la plataforma, pese a ser segura, se mueve bastante y que da un poco de 'yuyu'.

Coca es un pueblo en el que pasar un día completo para poder admirar su patrimonio a fondo, ya que tiene mucho más. Como su muralla medieval, de la que se conservan 200 metros originales; una domus romana que debió pertenecer a un notorio ciudadano por su tamaño y sus frescos; o sus verracos vacceos, esculturas antropomorfas realizadas en granito características del pueblo vetón para limitar los territorios. En la villa hay tres verracos, ¿serán capaces de encontrarlos?