'Custodia compartida', cuando el amor acaba a palos

El destino de unas vidas se decide en una mesa. A un lado, la jueza; al otro, los cónyuges litigantes acompañados de sus respectivos abogados. Así arranca Xavier Legrand su primer largometraje, de manera seca, directa, sin música ni subrayados. La lectura de una declaración del hijo pequeño, rogando que el padre desaparezca de sus vidas, parece en principio inclinar la sentencia hacia el lado de la madre. Pero acto seguido descubrimos que el divorcio ha acabado en custodia compartida. El padre, al que la madre acusa de violento, tendrá derecho a estar con sus hijos.

León de Plata al mejor director en el Festival de Venecia, donde también se llevó el galardón a la mejor ópera prima, 'Custodia compartida' es una película áspera, incómodísima de ver, que denuncia la lacra cotidiana de la violencia de género, aunque esto lo descubramos a mitad de proyección.

Legrand mantiene el suspense en un primer tramo. ¿Miente la madre, que ha lavado la cabeza a su prole para que tachen al padre de maltratador? ¿Es el progenitor el bruto que parece ser o la víctima de los taimados manejos de su esposa? La elección de los actores -frágil Léa Drucker, amenazador Denis Ménochet- también nos descoloca por obvia. La mirada del director y con ella la del espectador será la del pequeño Thomas Gioria, moneda de cambio de la pareja, como ocurre en muchos procesos de separación.

«A mí me gusta que me zarandeen en el cine, y ese es el objetivo de la película: contar un drama, una tragedia griega como las que siempre ocurren en el entorno familiar: Medea mató a sus hijos porque Jasón se enamoró de otra mujer», ilustra Legrand, que se pateó comisarías y juzgados y habló con víctimas de malos tratos y con hombres que tratan de aplacar su ira mediante terapia.

El drama judicial llega a su fin cuando descubrimos que, efectivamente, el marido es una bestia que no entiende el concepto amor. Y ahí surge la gran pregunta de la película, que también contesta su autor. ¿Puede un cónyuge violento ser un buen padre? «Yo creo que ser padre es una responsabilidad muy grande. Si agredes a tu compañera es imposible que puedas ser un buen padre», zanja Legrand, que critica que en Francia se siga hablando de «violencia conyugal» y no de violencia de género como en España.

«La ley ahora establece la custodia compartida por defecto. Y muchas mujeres optan por retirar denuncias de maltrato pensando que así su marido las va a dejar en paz».

'Custodia compartida' ha provocado un revuelo social en Francia, donde ha sido vista por casi medio millón de espectadores. Las asociaciones de hombres que demandan la custodia compartida han puesto el grito en el cielo ante el retrato del protagonista como un canalla.

«Ha molestado a unos cuantos, pero es que esta película trata de la violencia de género», puntualiza Xavier Legrand. Al director se le quedó grabada la frase de una mujer, que le contó cómo temblaba cada noche al escuchar el ruido de la cerradura: por la manera de meter la llave ya sabía si iba a haber paliza o no.

El tramo final de 'Custodia compartida' se transforma en una terrorífica pesadilla, en un ejercicio de tensión casi insoportable. Pocas veces se ha mostrado con tanta crudeza la monstruosa complejidad de la violencia machista.

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