La niña de Barakaldo que soñaba con ser directora
El rigor, la constancia y la prudencia han convertido a Alauda Ruiz de Azúa en la mejor cineasta de su generación con apenas dos largos y una serie
Alauda Ruiz de Azúa Arteche ha medido todas sus respuestas en las entrevistas concedidas sobre 'Los domingos'. Un apunte personal. Este periodista charló con ella ... en Madrid sobre la película una semana antes del Festival. Y al día siguiente recibió una llamada de su publicista para que eliminara una declaración en la que la directora reconocía que nunca llevaría a su hijo a un colegio religioso. Elevar esa frase a titular distorsionaría el propósito de su tercer largometraje, que busca sobre todo que el espectador debata cuando abandona la sala.
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Cada uno de nosotros vemos 'Los domingos' con nuestra mochila atea, agnóstica o religiosa a cuestas. Y el milagro de la película es que nos lleva a preguntarnos cómo actuaríamos si una niña nos dice que ha sentido la llamada de Dios. La prudencia, el rigor y la constancia son, pues, virtudes de esta cineasta nacida en Barakaldo hace 47 años en el seno de una familia con inquietudes culturales y que debutó tarde como directora de largometrajes, hace apenas tres, con 'Cinco lobitos'. Antes estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad del País Vasco y Filología Inglesa en Deusto. Después, Ruiz de Azúa se diplomó en Dirección en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid (ECAM).
Afincada en Madrid desde los 23 años, ha firmado cortos premiados en festivales internacionales como 'Clases particulares', su trabajo de fin de grado en 2005, 'Dicen' y 'Nena'. En pararelo a su trabajo como creadora ha pagado las facturas con la publicidad. En 2012 fundó su propia productora, Igloo Films, y ha dirigido campañas para Toyota, Coca-Cola, Samsung y la ONCE, entre otras marcas. Cuando fue madre del pequeño Daniel, que hoy tiene nueve años (su pareja es director de fotografía), no encontró relatos que expresaran lo que sentía. Y escribió el guion de 'Cinco lobitos', que tardó cinco años en ver la luz.
Además de cambiar pañales, la protagonista del filme (Laia Costa) regresaba desde Madrid a su pueblo de la costa vizcaína para cuidar de unos padres que se enfrentan a la enfermedad. 'Cinco lobitos' hablaba, como el que no quiere la cosa, de la depresión postparto, la España de la precariedad, los cuidados paliativos, la renuncia de las mujeres a los sueños profesionales por la maternidad y el machismo de las anteriores generaciones. El tono, como en la vida misma, pasaba de la comedia al drama en la misma escena. La mirada de Alauda, siempre atenta al detalle, apostaba por la sugerencia en vez del subrayado sentimental.
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El triunfo en el Festival de Málaga y el Goya a la mejor dirección novel llegaron cuando la realizadora ya había entregado a Netflix una comedia romántica, 'Eres tú', de la que no le gusta hablar demasiado. Un filme de encargo, protagonizado por Álvaro Cervantes, Silvia Alonso y Susana Abaitua, despachado con profesionalidad. Pero no era su mundo, como sí lo es 'Querer', sancionada como la mejor serie española del año pasado. Movistar Plus, productora asimismo de 'Los domingos', confió en la directora, que confirmó su inmenso talento como narradora nata con una ficción apasionante que exploraba el consentimiento, la masculinidad tóxica y la herencia familiar.
Una pareja lleva treinta años casada (Nagore Aranburu y Pedro Casablanc). Ella se apellida Torres, él Gorosmendi; ella nació en una barriada obrera de Zorroza, él en una familia bien de Bilbao. Viven en un pisazo de la Gran Vía y tienen dos hijos. Ella acaba de venir de la comisaría de la Ertzaintza tras denunciar a su marido, por violación continuada. Así arrancaba 'Querer', que, como 'Los domingos', nació para desatar discusiones entre sus espectadores. No se ve una sola bofetada. Y puedes entender al desconcertado hijo, que no entiende por qué actúa así su madre.
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En el cine de Alauda Ruiz de Azúa no hay blancos y negros, sino grises. Y la música no sube cuanto toca emocionarse. Aquella chica de Barakaldo que soñaba desde pequeñita con ser directora de cine y que se acordó de sus padres con el Goya en la mano –«aita, ama, sois los culpables de que esté aquí esta noche»– es la voz femenina más relevante del cine español con dos largometrajes y una serie. La Concha de Oro en San Sebastián supone su consagración y casi el inicio de una carrera que se adivina deslumbrante.
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