Vacunas y patadas
Furgón de cola ·
Llegan los 'vacunódromos' y regresa la 'patada en la puerta' de CorcueraAhora que hay un 'vacunódromo' en cada capital vasca, conviene recordar el significado exacto del sufijo. Lo característico del velódromo, el hipódromo o el canódromo ... no es tanto el espacio disponible como lo que ocurre en él, o sea, la velocidad y la competición. Yo espero que en la reunión pertinente del Gobierno vasco el consejero de Cultura interviniese con autoridad para recordar que 'dromos' en griego es 'carrera' y que en un 'vacunódromo' debería vacunarse a toda velocidad, compitiéndose en cada box por inmunizar a más ciudadanos, distinguiendo a las enfermeras veloces con coronas de laurel y alcanzando récords disparatados de pinchazos, como si aquello, en lugar de una campaña sanitaria, fuese un Tour con Eufemiano Fuentes.
Ayudaría que de las vacunas hablásemos en todo momento y con obsesión, como si se tratase de alguna clase de acontecimiento deportivo, no vayan a pensar los gobernantes que pueden dedicar su energía a cualquier otro asunto antes que a inmunizar a la población. El problema está en que con frecuencia a la pandemia le falta coherencia. No por parte del virus, que hace lo que promete en cuanto le dejas, sino por la nuestra, que somos imprevisibles y asombrosos. Un ejemplo: ayer se publicó en el BOE una ley que recoge la obligatoriedad de llevar mascarilla en la vía pública y en espacios al aire libre. La peliaguda aplicación de ese mandato en playas y piscinas se debate hoy en el Consejo Interterritorial. Bueno, pues aun así esa ley sobre mascarillas tiene ocho folios solo de preámbulo. Y bien está. Lo increíble es que al mismo tiempo se esté poniendo a circular, incluso desde el Gobierno, que la Policía puede pasar por encima de un derecho fundamental e irrumpir en domicilios sin mandato judicial, amparándose en una orden de Interior que probablemente es un 'post-it' aparecido en el Ministerio y que estaba allí desde los tiempos de Corcuera: 'Patada en la puerta'.
La excusa es por supuesto la pandemia y el bien común. Pero una cosa es que la pandemia nos fatigue y otra que nos haga tragarnos cualquier cosa. Repitan conmigo: el domicilio es inviolable y los 'vacunódromos' no están para favorecer reportajes, sino para vacunar a toda velocidad.
GOBIERNO
Mejor sin él
Pedro Sánchez anunció los cambios en el Gobierno en el jardín, con la corbata color periquito y sin preguntas. Irradiaba placidez. A Pablo Iglesias le dio las gracias. Punto. Y fue a lo importante: con la entrada de Ione Belarra hay más mujeres que hombres en el Consejo de Ministros y con la salida de Iglesias hay cuatro vicepresidentas, cuatro. O sea, se va Iglesias y llega el feminismo. Fue magnífico. A Sánchez podía subtitulársele: «El hombre tóxico y arrogante ya no está: regresa el Gobierno bonito». Que al instante comenzasen a circular las imágenes de Iglesias ya en la calle y haciendo frente junto a sus guardaespaldas a tres skins de Coslada debe considerarse como un gol al equipo de guion de Podemos. Puedo imaginar al presidente enseñándoles apesadumbrado el vídeo a Irene Montero, Ione Belarra y Yolanda Díaz. «Ya está pegándose por ahí, chicas. ¿Estáis bien? ¿Queréis que lo hablemos? ¿Necesitáis un abrazo?».
EUSKALTEL
El bonus
La consejera Tapia les pidió ayer a los directivos de Euskaltel que reinviertan el bonus que les corresponde por la revalorización de las acciones tras la OPA. Y el diputado general de Bizkaia explicó que Euskaltel no pierde arraigo ya que sus clientes siguen en Euskadi. Pronto alguien nos dirá que el país conserva su peso en el mundo de la telecomunicación porque los vascos hablamos por teléfono con mucho acento. Como si el problema fuese exactamente el arraigo y no el curiosísimo ciclo de la vida que adopta a veces el dinero público.
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