Juventud de futuro incierto
¿Hemos fallado en educación y fomento de valores? ¿Tal vez el ultracapitalismo salvaje les niegue tener esperanza?
A finales de mayo acudí en la Plaza Moyua a la manifestación contra la masacre de la población de Palestina. La plaza estaba llena, miré ... con atención, pero apenas si vi jóvenes de 30 años para abajo.
Ante la matanza y exterminio de un pueblo, que estamos contemplando en directo, pensaba que la gente joven tendría la sangre caliente, revindicaría unos derechos, expondría unos ideales, que gritaría. Los jóvenes siempre han sido idealistas en lo social, lo político, lo religioso. Idealismo que encerraba sobre todo un canto a la libertad y la justicia para todos. Si de joven no eres un idealista, ya estás siendo un joven viejo. ¿Por qué esta apatía, esta indiferencia?
Que los mayores anden escasos de idealismos después de los desengaños de la vida, se explica. Pero que los jóvenes, mayoritariamente, sean ya inmunes a un idealismo sano es algo que cuesta entender. Es un envejecimiento de espíritu, es un cáncer mental. ¿Qué les hemos dado para que hayan llegado a esta indolencia mental, a esta desgana de idealismos?
Recordemos aquellas manifestaciones contra la guerra de Vietnam, los movimientos prolibertad en los países bajo el dominio de la Unión Soviética, por la libertad en España, contra las dictaduras en el Cono Sur, el Mayo francés de 1968, las manifestaciones ante el Muro de Berlín. Había todo tipo de movimientos, gritaban pidiendo justicia y democracia.
¿Cómo se puede explicar esta galbana mental? ¿Será malo haber tenido cubiertas todas las necesidades y aspiraciones? ¿Hemos fallado en educación y fomento de valores? ¿Les hemos negado la esperanza de un futuro? ¿Tal vez el ultracapitalismo salvaje les niegue tener esperanza?
Una de las causas puede ser el acoso y bombardeo audiovisual. Televisión donde han visto decenas de programas de insulsez cerebral y cotilleo vergonzante que ofenden a una mente medianamente sensata; donde se les ha servido el fútbol como borrachera cuasi religiosa; donde se les ha entretenido con programas de estulticia exhibiendo a personajillos para hacerlos famosos y que estén en boca de la gente; canales donde diariamente emiten uno o dos programas de cocina. Sí, eventos de entretenimiento ramplón y dinero fácil, con ausencia de emisiones dignas donde se pueda aprender divirtiendo, donde haya ingenio. De tales ídolos, tales comportamientos.
Sumemos a eso el poder de los 'influencers', muchos de ellos de mente perversa, los obsesivos 'tiktokers', Instagram... un bombardeo continuo de sensaciones que llevan a la soledad, al aislamiento, a la desinformación y a la pobreza mental. En Educación es necesario impartir a lo largo de toda la escolaridad valores de ética, civismo y derechos humanos. Los principios democráticos hay que aprenderlos.
La juventud es la época hermosa donde se siembran y se adquieren los valores. Somos como nuestros padres, pero pensamos como nos cimentaron en la juventud. Lo que se siembra es lo que luego se recoge. Si vemos que miles de niños y niñas acuden a recibir a un nuevo jugador como a un ídolo es porque así se lo han presentado. No nos extrañe que luego vayan tras otros arquetipos. Si las conversaciones que escuchan, tanto en lo personal como en los medios de disfunción, son, mayoritariamente, sobre el monotema del fútbol, se adelgazan las ideas, se anula el debate de otras inquietudes que sí son importantes. Hay miles de personas de pensamiento raquítico.
Han perdido -les hemos hecho perder- las ansias de horizontes amplios. Tienen de todo y no son felices. Y una juventud carente de ideales será muy fácil de manipular en la edad adulta. Con este panorama de intereses del yo y para mí, la perspectiva es poco prometedora. Es el triunfo del egoísmo personal, del poder del dinero, del culto al hedonismo y al narcisismo (estilismo capilar, culturismo, tatuaje, consumo), que lleva a la desconsideración hacia los más humildes. En la carrera de Medicina, una especialidad de las más elegidas ha sido Cirugía Estética: mínima vocación médica, mínimo compromiso, ganar mucho dinero. Todo un símbolo.
Al no tener inquietudes sociales, es fácil dejarse manejar, que piensen y me gobiernen otros. Así es posible augurar un futuro donde nos manejen mentes protervas. De este modo se manejan Trump, Milei, Putin, Netanyahu, Bolsonaro, Bukele, Boris Johnson o Abascal y demás 'aguirridas fruteras' del panorama patrio. Un panorama en el que triunfe la ultraderecha deshumanizada y el bulo, tal como estamos viendo; en el que triunfe el sálvese quien pueda, con desprecio a los menos favorecidos; en el que triunfe el negacionismo, la polución medioambiental, la xenofobia; en el que la Humanidad esté dirigida por mentes dictatoriales de nula catadura humana. Y lo más triste, elegidos por sus súbditos (no ciudadanos)
Y mientras, los pensadores no cuentan. «Quien puede engañar a las masas se convierte en su amo, y quien intenta quitar las ilusiones de sus ojos se convierte en su víctima», dice Gustave Le Bon. Para leer varias veces.
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