Marwan Barguti, un palestino para la paz

Preso por cinco cadenas perpetuas, es partidario de negociar con Israel, islamista moderado y un icono para su pueblo

Viernes, 15 de diciembre 2023, 00:04

Después del pogromo de Hamás en Israel del 7 de octubre, la confrontación en Gaza se ha convertido en una guerra despiadada y de larga ... duración cuyas consecuencias están en la mente de todos, tanto más cuanto que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, muy criticado por sus propios compatriotas, asegura que Israel controlará después de su anunciada «limpieza» la Franja de Gaza, donde sus ocupantes ya no tendrán voz en la gestión de su territorio, con el riesgo de una anexión progresiva, una opción que garantizaría más violencia que paz.

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Al compás del proceso esperanzador abierto que permitirá seguramente la vuelta a casa de la mayoría de los rehenes retenidos por Hamás, pese a que será más de una vez interrumpido por la intransigencia mortífera de este último, un nombre vuelve a ser citado con insistencia, un popular líder palestino que lleva más de veinte años en prisión.

Marwan Barguti cumple cinco cadenas perpetuas en un centro de detención israelí por su papel en la conspiración para atentados terroristas durante la Segunda Intifada. Es el más celebre preso palestino y muchos lo consideran un posible sucesor de Abás. Encarcelado por atentados que nunca reconoció, es intransigente pero partidario de negociar con Israel, islamista pero moderado y sigue siendo un símbolo de esperanza para sus compatriotas.

La figura de Barguti es presentada a menudo como la del hombre de la unidad política palestina. ¿Puede el 'Nelson Mandela palestino' ser el pacificador de su tierra? Oriundo de cerca de Ramala, hijo de un inmigrante libanés, nació en una época en la que la independencia estaba en auge en Oriente Próximo y surgía un nacionalismo panárabe, encabezado por líderes influyentes como Gamal Abdel Nasser y un tal Yaser Arafat.

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Desde entonces y tras múltiples experiencias de resistencia a menudo cargadas de terror, este líder ha sobrevivido sin que nadie haya conseguido que los palestinos y sus partidarios de todo el mundo le olvidasen. Más bien al contrario, en cada crisis regional su nombre emerge como estandarte de una posible paz, ya que Fatah lleva décadas inmersa en divisiones internas y Abbas y Barguti han surgido como los representantes de los dos distintos polos que dominan la escena política palestina.

Si los israelíes no logran rendir a Hamás, podría convertirse en el interlocutor creíble en el conflicto en Oriente Próximo

Tras el sangriento ataque terrorista contra Israel y ante la impotencia de la Autoridad Palestina dirigida por el desacreditado Abás, muchas personas buscan una voz creíble en favor de la paz, dispuesta a cubrir ese vacío de liderazgo político en una época en la que las creencias aniquilan los conocimientos. Paradójicamente, la cárcel le ha protegido de los escándalos de corrupción que han empañado a los dirigentes de Fatah por su incapacidad de mejorar la vida de los millones de palestinos de los Territorios.

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La legitimidad para un palestino siempre ha sido la cárcel y los que consiguen salir de ella tienen ante su pueblo el aura garantizada, que no es otra cosa que una especie de patente de resistencia, por lo que ya muchas cancillerías vuelven a preguntarse si Barguti no podría convertirse en un recurso, el interlocutor palestino creíble que tanto necesita esa tierra, ya que lo más probable es que Israel no consiga erradicar a Hamás, y que aunque lo lograra, tarde o temprano surgiría otra nueva e indómita estrategia del terror antisemita.

Un signo inequívoco de la voluntad de Israel de abrir un espacio negociador con los palestinos sería que entre los presos canjeados por rehenes israelíes figurase Barguti. El legítimo deseo de erradicar a Hamás no es una política en sí, si no va acompañada de una estrategia política que dé una salida satisfactoria a la desesperación palestina.

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La opción Barguti dentro de los posibles escenarios de posguerra garantizaría un Estado palestino democrático y laico, ya que siempre defendió la justicia económica y social, los derechos humanos y la igualdad entre hombres y mujeres. Mientras la guerra entre Hamás e Israel se mantenga, el futuro de Gaza aparecerá cada vez más comprometido, pero lo que es seguro también es que tarde o temprano Barguti será clave en el juego político de Oriente Próximo como la última esperanza, quizás, que haga brotar un día el tan anhelado Estado palestino en paz y armonía junto al de Israel, este al fin seguro y apaciguado.

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