Rutina y fiasco
Diario de campaña ·
Solo los errores no forzados alteran una campaña que impone su propia inerciaLe pregunté ayer a uno de los candidatos a la alcaldía de Bilbao si iba a pasar algo. Lo hice con esperanza y nerviosismo, dispuesto ... a creerme cualquier patraña con tal de que la respuesta fuese que sí. Como el niño de cinco años al que le dicen que los Reyes Magos también llegarán hasta el último piso donde él vive porque conseguirán meter a los camellos en el ascensor. «¿Pero pasará algo?». Yo me recuerdo al borde de la súplica. Y el candidato me dijo que no, que no creía, e hizo un gesto con las manos, como de cosa que rueda y avanza sola. «Está la campaña muy…»
En lo tocante al menos a Bilbao, los partidos parecen confiar su suerte a las corrientes tectónicas de la política, a las mareas sociológicas, al 'zeitgeist', qué sé yo, al destino mismo. Para bien y para mal. Como si la suerte ya estuviese echada y compusiese una magnitud física inamovible. Es desde hace un tiempo una constante en la política vasca. Las campañas son limpias y «propositivas». Pasan sobre la opinión pública como una corriente de aire. Solo puede alterarlas el error no forzado, esa variante tenística del fiasco que se comete sin ayuda externa.
Hay que reconocer que estos errores durante la campaña electoral tienen su lado fascinante. Su efecto se redobla en un ambiente tan calculado y estratégico. En la campaña presidencial estadounidense de 1992, el septuagenario James Stockdale, héroe de Vietnam y candidato a vicepresidente con Ross Perot, no tuvo otra ocurrencia que comenzar su intervención inicial en un debate televisado del siguiente modo: «¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí?» Se ha convertido en un clásico de los fiascos en campaña y creo que es mi favorito, aunque también me gusta mucho aquel de Rajoy burlándose de Zapatero, poniendo cara de «este hombre está chalado», cuando el socialista utilizó una palabra que nada significaba para el líder del PP: «Bonobús». Pero creo que lo de Stockdale es mejor. Al rato, en el mismo debate, encorvado sobre el atril y con el flequillo canoso ondeándole como a un teleñeco, le pidió al presentador que le repitiese una pregunta larguísima que le acababa de hacer porque llevaba el sonotone apagado.
Ayer el alcalde Aburto presentó en Zorroza sus propuestas para los barrios. Y entre las del distrito 7, Rekalde, incluyó actuaciones en San Mamés, Altamira y Olabeaga, que están más bien en el distrito 8. En Rekalde debieron de pensar que, como no les quitan el viaducto, les van a dar la propiedad de San Mamés, en plan compensación. Pero no parece probable. Fue un desliz. Llegó un día después de que las redes de Unai Rementeria nos presentaran a Andoni, el 'pescatero' de Barakaldo que trabaja diecisiete horas y «ni se queja ni pide ayudas». Ese trabajador sin vida es hasta ahora el protagonista involuntario de la campaña. Y detrás de él no hay un desliz, sino un profundo error. Es lo que va pasando.
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