Una renuncia inevitable
Editorial ·
La dimisión de Darpón por la OPE de Osakidetza deja al lehendakari sin un estrecho colaboradorEL CORREO
Viernes, 15 de marzo 2019, 00:44
Nueve meses después de que estallara el escándalo, la presunta filtración de exámenes en la OPE de Osakidetza se cobró ayer la cabeza de Jon ... Darpón. La excepcionalidad de su irrevocable dimisión viene avalada por el hecho de que el hasta ahora consejero de Salud es el primer miembro con ese rango de un Gobierno vasco que renuncia al cargo acosado por un supuesto fraude y por las presiones de la oposición. Su situación era de todo punto insostenible tras las sospechas de 'enchufismo' detectadas en la selección de médicos especialistas en la mayor oferta pública de empleo organizada en Euskadi, de cuya limpieza él era el principal responsable por estar al frente de la Sanidad vasca. Los indicios de delito observados por la Fiscalía, que en un demoledor informe apunta a la dirección de Osakidetza como foco de las irregularidades en once pruebas, le habían colocado entre la espada y la pared, sometido a un desgaste y a una presión política que ha sido incapaz de soportar.
El Ejecutivo se ha comportado con una singular torpeza en un caso de inadmisible favoritismo en el acceso a la función pública, en el que sistemáticamente ha actuado a rastras, tarde y mal. El relevo de Darpón una semana antes de que lo exigiera el Parlamento vasco, que se disponía a aprobar el próximo jueves su reprobación, es el único episodio de esta crisis en el que ha ofrecido la sensación de adelantarse a los acontecimientos. Aunque, a la vista de la gravedad de los hechos, el paso dado por el ya exconsejero resultaba tan inevitable que casi estaba amortizado de antemano. La OPE de Osakidetza ha propinado un severo revés al Gobierno vasco y deja sin uno de sus más estrechos colaboradores al lehendakari, que le ofreció ayer una cálida despedida. En la renuncia de Darpón chirría la ausencia de cualquier atisbo de autocrítica por los clamorosos errores en la OPE y en los sistemas de control de un Ejecutivo que empezó por negar cualquier anomalía para, ante la avalancha de indicios que le dejaban en evidencia, prometer cambios en futuras convocatorias a fin de evitar una chapuza similar. El hecho de que, como apunta la Fiscalía, los amaños descubiertos formen parte de un sistema fraudulento asentado en el tiempo y más o menos tolerado no exime a la Administración de garantizar la igualdad de oportunidades en la selección de empleados públicos. Agotada la fase de las responsabilidades políticas, ahora corresponde a la Justicia determinar la eventual existencia de delitos.
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