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Declaración final de ETA leída por 'Josu Ternera'.

Prosa en ruinas

Lo único que interesa de las andanzas de ETA son los datos para esclarecer los 358 crímenes aún sin resolver

Jueves, 3 de mayo 2018

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En un acto de justicia poética, ETA ha comunicado su disolución definitiva mediante una nota escrita a su medida: la de la mediocridad intelectual. Mejor ... así. Nada hay de grandeza en estas casposas líneas que parecen hilvanadas a base de retales de palabrería revolucionaria, tópicos del 'bullshit' propagandístico y brochazos de demagogia desfalleciente. Hasta las palabras le han dado la espalda a una banda dedicada ya en exclusividad a la desesperada tarea de lavar su imagen por medio de un relato que se da de bruces contra la evidencia de su fracaso. Únicamente la consideración hacia las víctimas impide que soltemos una carcajada tras otra al leer este manojo de necedades que donde pretende poner música solemne de despedida suena a toque de silbato desafinado y donde tratando de alzar el vuelo épico cae en una prosa de aire entre administrativo y de parvulario. Escribir a estas alturas que ETA nació «cuando Euskal Herria agonizaba, ahogada por las garras del franquismo» es pedir a gritos el suspenso en el examen de redacción. Hablar de «construir un proceso como pueblo que tenga como ejes la acumulación de fuerzas, la activación popular y los acuerdos entre diferentes, tanto para abordar las consecuencias del conflicto, como para abordar su raíz política e histórica (sic en cada sintagma)» sin aguantar la respiración en todo el párrafo supone todo un desafío a la coherencia semántica y a la cohesión gramatical. No es que en los comunicados de otro tiempo nos vinieran servidos con un lenguaje modélico. Pero esta acumulación de materiales verbales de derribo es la mejor prueba de una agonía irreversible.

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