Pérfida Holanda

Eso no quiere decir que los frugales sean países demasiado pequeños para apretar de ese modo en el club europeo o que Mark Rutte parezca disfrutar más de lo admisible regodeándose en su dureza perfumada. Pero de ahí a odiar a Holanda, va un trecho, hombre. Con lo bien que lo hemos pasado en Ámsterdam. ¿Qué culpa tendrán los holandeses?Como si a nosotros nos gustasen nuestros políticos. Hace dos años, el Instituto Elcano analizó las «percepciones mutuas» entre España y Holanda y el resultado era amistosísimo. A los españoles Holanda nos parece un sitio moderno y a los holandeses les gusta España más que Francia o Italia, tanto como el Reino Unido. Creen que es un país muy religioso y tradicional, pero también uno tolerante, solidario, fuerte, pacífico, honesto, trabajador y democrático. Y ellos igual sí hablan con conocimiento de causa:el 78% de los holandeses ha estado aquí, mientras que solo un 33% de los españoles conoce Holanda.

Conviene ponerse alerta cuando detectas que el poder intenta tocarte las bajas pasiones. No hay táctica de distracción más efectiva y envilecedora. Acabe como acabe lo de Bruselas, urge reconducir la relación entre España y Holanda, llevarse como adultos y buscar el modo de solucionar las cosas civilizadamente. Porque al final el que sufre con esto es Jordi Cruyff, que se entera de todo, el pobre, aunque no lo parezca y apenas diga nada.

Carmen Calvo tenía ayer un viaje fardón a París: reunión con el primer ministro Castex y con la alcaldesa Hidalgo, homenaje a republicanos españoles. No son actos que se pierde así como así una vicepresidenta. Sin embargo, Calvo anuló en el último momento el viaje. Y pronto comenzó a materializarse una hipótesis sustanciosa: si el presidente estaba en Bélgica y la vicepresidenta primera se iba a Francia, al frente de la nación quedaba el vicepresidente segundo. La verdad es que tiene sentido. Piensen que, de haber viajado a París, Calvo no habría hecho ni caso a las autoridades y los homenajes, al estar todo el rato llamando a Madrid:«Pablo, ¿has tocado algo? Mira que te lo he dejado apuntado, pero te lo digo otra vez:los botones de la OTAN ni los toques. Yal Rey no lo molestes. No convoques ningún referéndum. Ynada de invitar a Monedero a Moncloa para haceros reportajes en plan maduritos feministas que escuchan rap».

Llegan buenas noticias desde Oxford y preocupa Ermua. Suena raro, pero nos toca vivir un tiempo extraño. Mientras en la Universidad inglesa se anuncian avances interesantes con la vacuna contra la Covid-19, en el pueblo vizcaíno se retrocede a la Fase 2: aforos limitados, restricciones en el ocio... Es un paso atrás, pero es el paso idóneo. Actuaciones rápidas y concretas, quirúrgicas, destinadas a causar efecto cuando el foco aún es controlable. Esperar y discutir no es una alternativa. Lo estamos viendo, por desgracia, en otros lugares.