Jeques sostenibles
COP28 ·
La Cumbre del Clima desplaza 80.000 personas al desierto en nombre del sentido comúnContinúa la Cumbre del Clima y ayer el comisario europeo Wopke Hoekstra pidió permiso para ser explícito. Debieron de dárselo. Y explicitó: «Necesitamos eliminar gradualmente ... todos los combustibles fósiles. Así de simple». Teresa Ribera estaba a su lado y se mostró tan de acuerdo que pudo jalearle como un cantaor a un guitarrista neerlandés. «Ole los comisarios buenos, Wopke».
Sabemos, sin embargo, que eliminar los combustibles fósiles no es simple. Entre otras cosas, porque China existe. Y porque la COP28 se celebra en Emiratos Árabes Unidos, que es el séptimo productor mundial de petróleo y un país famoso por prácticas tan sostenibles como refrigerar el desierto y montar un gran premio de Fórmula Uno en memoria de cada camello muerto. Hace unos días, al sultán Al Jaber, presidente al tiempo de la cumbre y de la petrolera estatal de Emiratos, le afloró una charla en la que defendía que la ciencia no respalda lo de que eliminar combustibles fósiles sirva para reducir en 1,5ºC la temperatura del planeta. Se montó un escándalo y el jeque lamentó el malentendido. Aunque tampoco mucho. El 'Guardian' reveló que Al Jaber tenía planeado utilizar la COP para venderles petróleo a los países invitados.
La paradoja de estas cumbres es que defienden la evidencia científica haciendo cosas tan cuestionables como desplazar 80.000 personas a Arabia en nombre del sentido común. Estos días vemos a políticos que presumen de ir allí como quien va a dejarse ver a un hipódromo en el que se disputa el Derby del Amor al Planeta. Llega uno a pensar que su hipocresía es en el fondo peor que la del jeque. En sus tiempos de alcalde de Londres, Boris Johnson abandonaba las cenas antes de tiempo explicando que, al moverse en bici, tardaba más en llegar a su casa. Y se iba pedaleando, dejando atrás los flases. Hasta que tres calles más abajo paraba junto a un coche, el chófer metía la bici en el maletero y Boris volvía a casa quemando gasolina.
Constitución
Pequeñas cosas
El aniversario de la Constitución se celebró en el Salón de Pasos Perdidos y en formato cóctel: todos de pie y apelotonados. El discurso de la presidenta Armengol fue institucional, ya que no lanzó papeletas del PSOE. Por alguna razón, hubo una cantante. Era de las de voz portentosa y transformó con trinos temerarios 'Aquellas pequeñas cosas' y 'Al alba' en algo que quedaba entre la proeza vocal y la alarma antiincendios. Mientras lo hacía, sus gestos eran expresionistas e iban del tormento al éxtasis. Eso emocionó a las autoridades, que estaban junto a ella por el formato cóctel. En 'Al Alba' María Jesús Montero pareció a punto de arrancarse a bailar, como dispuesta a responder al arte con el arte. Óscar Puente en cambio observaba con desconfianza al violonchelo, pero no al músico: al instrumento. Entre canción y canción, pusieron a un niño a leer. El artículo 39. Qué ayes mientras lo hacía. Qué suspiros. Qué gestos de «me lo como» en las altas instancias del Estado. Urge reformar la Constitución, pero el artículo primero: «La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado y la obligación de no ser cursi en el espacio público, por el amor de Dios».
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