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Ver por los ojos de Ellacuria

Bien sabía el jesuita asesinado que la esperanza, y no el odio ni la venganza, es el motor de lo que de bueno hay en la historia

Mikel Mancisidor

Premio Eusko Ikaskuntza de Humanidades 2020 y miembro del Consejo de Gobierno de la Universidad de Deusto

Domingo, 14 de junio 2020, 00:32

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En la tradición de muchas culturas la sangre es semilla de vida. Unamuno lo escribió con su sobrio y radical estilo en 'El Cristo de ... Velázquez': «Y engendraste al morir. Tu muerte fue lo que te hizo padre de la vida». En nuestro contexto histórico quizá en ningún otro caso la sangre ha jugado más claramente ese papel simbólico, tan antiguo y profundo, como en el del jesuita Ignacio Ellacuria y sus compañeros. En ellos habló, como dijo el propio Ellacuria en el funeral de monseñor Óscar Arnulfo Romero, «la voz de la sangre del justo».

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