El 'Gran Circo' se revaloriza
La pole ·
juan carlos otaduy
Jueves, 9 de julio 2020, 01:38
Dicen quienes mejor le conocen que, tras ganar dos veces en Le Mans y brillar durante su debut en el Dakar, Fernando Alonso se ha ... convencido de que tratándose de las cuatro ruedas lo que a él realmente le llena es la Fórmula 1, la cúspide del automovilismo. Corría el verano pasado cuando el de Oviedo comenzó a tomar posiciones de cara a un retorno que fechaba para el anunciado cambio de época del 'Gran Circo', a finales de este año. Con toda seguridad tomó el pulso a los de Maranello, se dejó ver por la planta noble del motorhome de Red Bull y se interesó por la continuidad de Hamilton en Mercedes. Visto que ninguna de las opciones punteras tenía visos de cristalizar entendió llegado el momento de abordar el regreso desde otro punto de vista, a más largo plazo.
El verano pasado nada se sabía de pandemias y para febrero de 2021 se anunciaban los coches de Fórmula 1 más transgresores en muchos años. Después de la época más decepcionante que haya vivido el 'Gran Circo' -la de los motores híbridos capitalizada por Mercedes- un nuevo reglamento técnico daría opciones al ingenio de los diseñadores y a que las escuderías medianas discutieran el dominio de los tres grandes, al menos sobre el papel. Sin embargo, el confinamiento ha retrasado los plazos, generando un año de transición y dejando la nueva era para 2022.
Quien como es su caso lleva más gasolina que sangre en las venas, ha sido campeón del mundo de F-1 y es considerado uno de los mejores pilotos de la historia -en mi opinión el más versátil de las últimas décadas- no podía esperar. Su estricta preparación física ya estaba planificada para alcanzar el máximo nivel durante la próxima primavera y ha pesado más la posibilidad de influir en la concepción del Renault de 2022 que las dudas que pueda generar el coche del año próximo. Más aún cuando a medio plazo se sigue rumoreando la salida de Renault de la Fórmula 1, sea o no exitoso este fichaje. Todas las marcas de automóviles tienen sus ciclos en competición y el del constructor galo está extendiéndose más allá de lo comprensible dada su falta de resultados. Sin embargo, en el retorno de Fernando Alonso uno encuentra similitudes con el que protagonizó Alain Prost en los noventa. En su caso volvió para ganar el título al volante del mejor coche del momento -el Williams- y se retiró definitivamente, aunque cuatro años después ya estaba dirigiendo su propia escudería. En esa posición ve a Fernando quien suscribe, como propietario de la escudería de Enstone a medio plazo.
Regresar en este momento de transición como piloto y hacerse con la propiedad por un buen precio en un par de años puede resultar una maniobra brillante, porque la atención mediática está garantizada. Acto seguido incorporar a una marca de automóviles al proyecto para financiar a una estructura curtida en mil batallas como es la que se ha llamado Toleman, Benetton, Renault, Lotus y otra vez Renault pudiera acabar otorgando a Fernando Alonso el tercer título que tanto ansía, aunque sea el de constructores. El tiempo dirá, de momento disfrutemos de su retorno porque tener en pista a un piloto de su categoría revaloriza este espectáculo del 'Gran Circo'.
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