Fallos de memoria
País Vasco ·
La Fiscalía insiste en la necesidad de centros específicos para los menores conflictivosEntre las distintas instituciones que comparecen ante el Parlamento vasco para presentar sus informes y memorias, es difícil saber cuál es exactamente a la que ... la Cámara ignora con mayor énfasis. El Tribunal de Cuentas, quizá. O el Ararteko. ¿Y qué me dicen de la Fiscalía? Ayer la fiscal superior del País Vasco acudió al Parlamento y, entre otras cosas, insistió en la necesidad de que la Ertzaintza ponga en marcha una unidad especializada en menores. ¿Por qué? Pues porque hay por ahí menores que destacan por el lado «disruptivo» y porque se ha repetido «la conducta del incendio del hogar de menores no acompañados de Amorebieta». La fiscal podía haber invitado a los parlamentarios a hacer memoria sobre sus memorias. A los que estuviesen despiertos al menos. «¿No recuerdan que les dije lo mismo hace tres años?».
La necesidad de que los menores con conductas conflictivas vayan a centros específicos también se la recordó ayer la fiscal superior a la Cámara. Aquí podría haberse remitido, no ya a otros años, sino a otras épocas y otros fiscales. Y al Ararteko, que advierte igualmente de un modo tradicional, sistemático, recurrente, de la masificación de los centros. Cuando esos centros funcionan como meros almacenes o cajones de sastre, hay desde luego en ellos menores que se fugan, causan problemas y queman cosas. Pero lo peor es que arrastran consigo a otros menores que, de contar con un entorno adecuado, sí podrían aprovechar la oportunidad que se les está brindando. Por no hablar de los monitores que conviven con unos y otros, gente que apostó en su día por la pedagogía y el trabajo social, no por el combate cuerpo a cuerpo y las técnicas antidisturbios.
A la espera de que el año próximo la Fiscalía regrese al Parlamento y vuelva sobre lo mismo, de la política solo cabe esperar el movimiento automático del armadillo. Consiste en replegarse e instalarse en el mutismo. Recuerdo con emoción un departamento de Acción Social que explicaba que no hablaba en público de «cosas de trabajo». Funciona así en general. Pasan las décadas, los menores no acompañados siguen llegando, todo se enquista, la furia se acumula y la opción de ofrecer información recordando el sentido del sistema, asumiendo su importancia y su precio e introduciendo también sus éxitos en el debate público ni se contempla.
META
Mea culpa
Mark Zuckerberg asume la responsabilidad del mal momento de Meta. Lo hace «en primera persona», despidiendo a once mil personas: el 13% de la plantilla. Culpa mía, les dirá en la puerta. Por lo del Metaverso. Y por lo de pensar que el crecimiento del negocio en la pandemia continuaría tras el regreso a la normalidad. Un equipo de genios juega ahora mismo al ping-pong en la sede de Meta y busca el modo de que la humanidad esté siempre encerrada y frente a una pantalla. Mientras lo consiguen, queda claro que la vida laboral en las grandes tecnológicas es inestable. A Elon Musk me lo imagino despidiéndote con un email lleno de chistes. A Mark Zuckerberg lo veo en cambio despidiendo a once mil personas telepáticamente, poniendo los ojos en blanco y emitiendo apenas un leve zumbido amenazante.
UCRANIA
Lavadoras
Tras ocupar Jersón a sangre y fuego y organizar allí un referéndum chusco, Putin se anexionó la región asegurando que sus ciudadanos eran rusos «para siempre». Un mes después, Rusia se retira de Jersón. «Es la opción más sensata», le ha dicho el comandante de la fuerza en Ucrania al ministro de Defensa. A su lado en el Kremlin, el ministro de Educación prepara la formación bélica para escolares. Spoiler: no funciona. Hace veinte años, los jóvenes que ahora abandonan Jersón ya leían en clase un libro infantil en el que se les explicaba que Putin, «cuando era niño como tú», no tenía «miedo a nada» y «luchaba hasta el final». Los chavales son muy desagradecidos. Tú les lavas el cerebro y ellos huyen en cuanto pueden robando lavadoras.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión