¿De qué dependen los salarios?
En las últimas semanas estamos escuchando propuestas de responsables públicos e institucionales demandando una subida generalizada de los salarios en Euskadi. En general, son deseos ... que puedo compartir, pero que deben ser contrastados con la realidad actual de las empresas.
Las organizaciones empresariales vascas y, en concreto Cebek, no estamos trasladando a las empresas recomendaciones en materia salarial desde hace bastantes años, concretamente desde el inicio de la última crisis y esto incluye estos últimos años de recuperación económica. Con una salvedad: en 2013 y 2014 solicitamos a las empresas afectadas por la pérdida de vigencia de sus convenios colectivos como consecuencia de la desaparición de la ultraactividad que mantuvieran los salarios existentes, y el 95% así lo hizo.
La recuperación económica no está siendo la misma para todas las empresas vascas. A algunos sectores de actividad y a muchas aún no les ha llegado. Es más, existen aún empresas que están teniendo serias dificultades para mantenerse en el mercado, producir y vender con éxito.
Tenemos la tendencia a pensar que los crecimientos de PIB actuales o los positivos resultados de las grandes empresas del Ibex, pueden ser extrapolables al conjunto del tejido empresarial vasco. Lamentablemente esto no es así. A esto hay que añadir que en los últimos meses tanto los márgenes de las empresas como sus expectativas para el inmediato futuro se están reduciendo considerablemente. Y las empresas necesitan tener resultados positivos para invertir en equipos, promover la innovación y mejorar sus procesos productivos para mantenerse en unos mercados cada vez más exigentes donde, en una economía abierta como la nuestra, competimos con empresas de todo el mundo sin excepción.
El 95% del tejido empresarial vasco son pymes y muchas pasan aún por momentos de dificultad. Si algo hemos constatado en estos últimos años duros de recesión y crisis es que los costes, y en especial los costes laborales, son un factor importante de competitividad. Y la difícil situación de algunas empresas vascas es un buen ejemplo de ello.
Por todo ello, pienso que en la actualidad, las retribuciones tienen que estar ligadas necesariamente a los resultados y situación de las empresas, porque son precisamente esos resultados los que garantizan su presente y futuro. La negociación colectiva, sectorial y de empresa, tiene que elegir definitivamente este camino. Exigir incrementos salariales generales en base a situaciones ni mucho menos extrapolables a todas las empresas y sectores es un brindis al sol.
La Encuesta de Coyuntura y perspectivas empresariales realizada por Cebek con motivo de la Asamblea General de este año recoge una consulta a casi 500 empresas vizcaínas que nos trasladaron que en un 46 % habían mejorado los salarios para 2017, mientras que el 53% los había mantenido. La mayor parte de acuerdo con sus trabajadores/as. Solo un 1% tenía previsto disminuirlos. Por lo tanto, ya vemos que las empresas actúan en función de su entorno y sus circunstancias. Las organizaciones empresariales y sindicales tenemos que tomar nota de esto.
Quiero también reprobar la pretensión, cada vez más generalizada, de trasladar a la opinión pública la visión de Euskadi como un país donde existen bajos salarios y empleo en condiciones precarias. En estos tiempos donde la denominada postverdad tiende a ganar adeptos, es bueno debatir con datos reales. Continuamos siendo la comunidad que cuenta con los salarios más altos del Estado y esto es así desde hace años. Asimismo, contamos con la jornada laboral más reducida con diferencia. Tres de cada cuatro trabajadores/as tienen contrato indefinido. La contratación indefinida lleva creciendo desde 2012 en Euskadi, donde se han firmado desde 2013 hasta hoy 300.000 contratos indefinidos. Es más, en 2016 y 2017, la contratación indefinida crece más que la temporal, -14,4% frente a un 4,8 %-.
Debemos seguir mejorando en el acceso al empleo de jóvenes y parados de larga duración y en la consolidación del empleo creado, pero a través de un crecimiento sólido que no deje de lado la situación real de las empresas. La mejor calidad en el empleo, deseo compartido por todos, no depende de la voluntad expresada en un momento determinado. Los factores que influyen en ella son fundamentalmente: el crecimiento de la economía y de las expectativas de las empresas y de los/as consumidores/as; una estructura productiva adecuada; y una capacitación universitaria y profesional orientada a las necesidades de las empresas y de la mejora de la productividad y de los resultados.
Quiero destacar también que la ausencia de actualizaciones salariales en Euskadi tiene mucho que ver con la realidad, muchas veces explicada, de una negociación colectiva estancada. Todas las propuestas empresariales que, entre sus planteamientos, incorporan cláusulas de mejora salarial, chocan hace años con la exigencia sindical de renuncia expresa a la aplicación de la legislación laboral vigente en materia de flexibilidad organizativa. Esta demanda de los sindicatos vascos, de unos más que de otros, está imposibilitando los necesarios acuerdos que deberían permitir actualizaciones salariales en el marco de unos convenios modernos y diferentes que reflejen las necesidades de las empresas.
Como conclusión, la economía vasca está mejorando sustancialmente y los datos de crecimiento económico, contratación laboral y reducción del desempleo analizados con perspectiva anual son muy positivos. Contamos con unas políticas industriales y de promoción empresarial acertadas, así como con una cercanía de las empresas a las administraciones públicas que nos diferencian enormemente de otros entornos y que son nuestra seña de identidad. Pero al mismo tiempo, existen empresas en dificultades porque la salida de la crisis es distinta según sectores, tamaños y tipología de las empresas.
No vale por ello el café para todos y en la misma cantidad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión