Volar
Hoy se ha parado un petirrojo frente a mi ventana. En la cuerda de tender. Y se me ha quedado mirando. Durante unos segundos, qué ... más da. Me he acordado de aquella canción: «Txantxangorria naiz, hegal egiten». Ah, los viejos tiempos que no volverán. Siempre nos quedarán nuestros recuerdos, claro. No obstante, como decía el poeta, los candidatos presidenciales seguirán engañando al pueblo. Y cada cual lo hará en función de su talento, como es natural. Oh, a veces son tan osados... Por ejemplo, Ayuso. Sale en la tele y dice que Madrid tiene la mejor sanidad de España. ¿Eso se puede hacer? ¿En serio? De hecho, es la peor. Y todo el mundo lo sabe. Se ha hecho un estudio comparativo y se ha demostrado que es la peor. La última de la fila. El personal sanitario está intentando pedir ayuda. Y nada.
A mí me extraña mucho que la gente normal no se preocupe por la erosión de la sanidad pública. El tema está ahí, no es broma. Cada vez más esperas, más retrasos. Problemas para conseguir atención a tiempo. Los profesionales, saturados. O quemados. Y los políticos, o sea, nuestros representante legales, como si nada. Ya estamos prácticamente en campaña, así que empezarán a perorar de asuntos muy enfáticos que se sacarán de la chistera y blablablá: los símbolos, la moral. Pero la sanidad pública la tenemos que salvar. Imagina que desapareciera. Malo para ti.
A mí me da igual a quién votes. Pero hay partidos empeñados en empezar a privatizar la sanidad pública. Y si les dejamos, lo harán. Lo sabes, ¿no? Hasta el aire acabarán privatizando, no sé si me explico. El aire. Tarde o temprano, hasta los pájaros tendrán que pagar una cuota diaria por volar.
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