Mi padre me contó la historia de un amigo suyo al que no le gustaban las vaquillas. Para evitarlas, un año, cuando llegaron las fiestas, ... el hombre se fue a las afueras, y se sentó a la orilla del río, dispuesto a disfrutar de la tranquilidad; sin embargo, una vaquilla que se había escapado apareció por allí, y, al final, el hombre tuvo que salir corriendo hacia el pueblo. A veces, sucede algo parecido con las confrontaciones. Hay quien se empeña en discutir y si no tiene argumentos para el choque, se los inventa. Dicho de otro modo: tú no quieres ir al encierro, pero puede que el encierro vaya a ti. Imagino al lehendakari Pradales, a la orilla de un río, con una brizna de hierba en la boca, recitando unos versos en euskera, cuando de pronto aparece a su espalda Isabel Díaz Ayuso, diciendo que la ha amenazado, como se hacía antaño, y que 'pim pam pum'. Lo mejor, en mi opinión, es salir corriendo en dirección contraria, que no siempre que busquen, encuentren.
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