Atado y bien atado
La Euskadi política respira ambiente preelectoral. Todo apuntaba a un adelanto de los comicios autonómicos para finales de mayo. Y escribo apuntaba, en pasado, porque ... tras el anuncio realizado por el president de la Generalitat, Quim Torra, de llamar también a los catalanes a las urnas una vez se aprueben los Presupuestos de aquella comunidad, ya veremos la decisión que toma el lehendakari Urkullu.
De momento, los principales partidos vascos han empezado a destapar sus candidatos a Ajuria Enea. El PNV repetirá con Urkullu, EH Bildu irá con Maddalen Iriarte y el PSE con Idoia Mendia. En Elkarrekin Podemos la ecologista Rosa Martínez parece la mejor colocada, aunque tendrá que ganarse el puesto en primarias. Alfonso Alonso carece de rivales en el PP, salvo que Pablo Casado piense otra cosa y envíe a una Cayetana (Álvarez de Toledo).
Es decir, que la izquierda abertzale ha optado por el posibilismo al elegir a Iriarte y no a Arnaldo Otegi que, como saben, se halla inhabilitado. Y lo mismo parece querer hacer la cúpula de Elkarrekin Podemos con Martínez, ahora que son un partido de gobierno en Madrid y que acaban de pactar por primera vez los Presupuestos vascos con PNV y PSE.
Por cierto, que resulta tan llamativo como escasamente presentable el recibimiento que han dispensado algunos exdirigentes de Sortu a la precandidata morada por no haber nacido en Euskadi y no dominar el euskera. Cabe pensar que la andanada tiene que ver con la competencia entre ambos por un segmento del electorado. Aun así, las críticas retratan la intransigencia y el desprecio a nuestra pluralidad de los algunos antiguos cuadros de Sortu.
Las encuestas y las últimas citas con las urnas vaticinan un escenario postelectoral continuista con un PNV sólidamente asentado en el primer lugar y en alza. Y algunos reajustes entre EH Bildu, EP y el PSE, favorables a los socialistas y perjudiciales para los morados.
El escándalo de las oposiciones de Osakidetza, que obligó al lehendakari a cesar al exconsejero Jon Darpón, máximo responsable político de la macrochapuza. Las duras condenas por corrupción a varios exburukides y ex altos cargos peneuvistas por el 'caso De Miguel'. O la falta de avances sobre paz y autogobierno podrían lastrar al PNV. Todo apunta, sin embargo, que no será así.
Todo apunta a que el 'caso De Miguel' y el escándalo de las OPE no pasarán factura al PNV
Urkullu ha conseguido una imagen de marca, ha evidenciado un estilo de hacer -y de no hacer- al gusto de un amplio segmento del electorado que parece garantizarle otro mandato en Ajuria Enea. Ello amén de una palpable falta de liderazgo en la oposición.
Todo apunta, pues, a que las cosas están políticamente atadas y bien atadas por estos lares. Además, los datos económicos acompañan. Y tampoco parecen probables nuevos juegos de alianzas, por ejemplo un pacto de izquierdas para desalojar a los jeltzales del poder.
Primero las cuentas tendrían que dar. Segundo, por la comodidad en la que viven PNV y PSE. Porque el Gobierno PSOE-Podemos de Pedro Sánchez depende del apoyo parlamentario de los de Ortuzar y no parece que ni Ferraz ni Iglesias dieran su plácet a experimentos contra Urkullu. Y porque aún no ha llegado el momento de una coalición EH Bildu-PSE, sí otros acuerdos, en tanto los herederos del brazo político de ETA sigan sin condenar el terrorismo.
Euskadi parece, pues, a salvo de sobresaltos políticos en el corto plazo. En el medio y en el largo habrá que ver qué nos depara el conflicto catalán.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión