La última presa del local más fiero
17 victorias ·
El Mirandés de Lisci despide un año memorable en Anduva, el estadio más complicado de SegundaEl mejor local de Segunda demostró su condición en el momento oportuno. Una de esas citas en las que las piernas pueden pesar y la cabeza da muchas vueltas a todos los escenarios habidos y por haber acabó desembocando en el resultado más lógico: otro triunfo del Mirandés en Anduva. Parece sencillo para un equipo que ha convertido el abecé de cualquier temporada exitosa, la firmeza en casa, en su pasaporte a los sueños más gloriosos. Cómo no iba a volver a vencer en el partido de su despedida, el abrazo final entre jugadores y aficionados.
Anduva fue una fiesta. Daba igual que el prometedor inicio de su equipo, que le regaló un gol para celebrar cuando aún muchos no se habían sentado, acabase transformándose en un encuentro mucho más pedregoso, de esos partidos de Segunda con pierna dura, miles de balones aéreos y poco brillo para los finos estilistas. Había que honrar a los jugadores que, pase lo que pase el sábado, ya han cuajado le mejor temporada de la casi centenaria historia del Mirandés. También los números en casa han sido de enmarcar: 17 triunfos en 23 partidos, con cinco empates y una sola derrota.
Ese único tropiezo del curso, ante el Granada en octubre en un partido que tampoco mereció perder, queda casi como anécdota. El resto de la temporada ha deparado jornadas memorables y triunfos de prestigio ante rivales que salían noqueados. El miedo se iba apoderando de las piernas de equipos para los que visitar Anduva era enfrentarse al escenario más complicado. El Oviedo llegaba tras haberse impuesto en Almería y como tercer mejor visitante, pero acabó encajando la primera derrota de Paunovic como técnico. Fin a doce partidos sin perder y bola de partido rojilla en el Tartiere.
Otro muro defensivo
También había un factor anímico que obligaba al Mirandés a responder sin titubeos. Con el final del partido se marcha una parte de la historia de Anduva. Las obras para la construcción del nuevo lateral oeste, desde la nueva tribuna a los servicios complementarios, acabarán con una zona histórica del estadio, esa grada que tantos aficionados han ocupado durante décadas. Del fútbol de barro a tocar Primera con los dedos. Ahora habrá que esperar más de lo normal para volver. Solo faltan noventa (teóricos) minutos para que ese reencuentro sea en la liga de las estrellas.
1 derrota
en toda la temporada ha encajado en casa, en octubre ante el Granada
El gol del Alberto Reina fue determinante, pero otra de las claves que explican que el Mirandés diera el primer golpe fue que apenas permitiera al Oviedo acercarse a su portería. En un partido de mínimos, los visitantes apenas conectaron dos disparos entre los tres palos. El once rojillo, pieza por pieza el mismo que doblegó al Racing, maniató a un equipo dotado de talento aunque no pudiera contar con Santi Cazorla. Y cuando todo podía desmoronarse apareció Raúl Fernández. Una mano salvadora para impedir al Oviedo resarcirse, aunque fuera de penalti. Tras haber encajado dos esta temporada ante Eldense y Deportivo, el portero detuvo el que tocaba. Como si los muros de Anduva hubieran ayudado a achicar el espacio del lanzador e impulsado las ilusiones del Mirandés.
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