Txapelas para reconocer méritos individuales y de colectivos mirandeses
La recibieron Adriana Nanclares, la Cofradía de San Juan del Monte y Mirajazz, además de la viuda de Benito Pobes y Chamorro
Las txapelas, como es bien sabido, coronan a los Campeones, si, a quienes consiguen serlo con mayúsculas, y ayer Miranda vivió con orgullo el reconocimiento ... que la Cofradía Mirandesa de Bilbao hizo de cinco mirandeses, en un acto en el que la emoción fue un sentimiento a flor de piel en muchos momentos.
Se sabía que iban a recibir la distinción, Roberto López de Davalillo representando a la Cofradía de San Juan del Monte, Javier Fernández en nombre de Mirajazz, y la campeona del mundo con la selección española sub-20, Adriana Nanclares. Mientras ellos fueron accediendo para recibir la txapela lo que se veía en sus rostros eran sonrisas porque estaban «orgullosos» -todos pusieron el acento en eso de que su trabajo, el individual en el caso de Adriana y el colectivo en el de los demás-, se reconociera así; una expresión que fue mudando hacia las lágrimas, cuando llegaron las sorpresas.
No entendía Adriana por qué le tocaba seguir sobre el escenario después de que dijera que para ella lo significaba todo «poner en alto el nombre de Miranda y saberse un referente entre las niñas que quieren jugar al fútbol», pero había un motivo muy especial, otro Nanclares, Miguel, o quizás mejor sería decir Chamoro, su abuelo, era el siguiente homenajeado. Fue ella quien le puso la txapela «un detalle que no esperaba y que nunca olvidaré», apuntaba el que, como puso de manifiesto el 'maestro de ceremonias', Jesús Fernández Urbina, «hacía el mejor besugo del mundo».
Así se sintieron todos los que ayer recibieron de la Cofradía Mirandesa de Bilbao las txapelas
Emotivo fue el reconocimiento y en el mismo nivel cabe poner el momento en el que el arzobispo de Burgos, Mario Iceta puso la txapela a Marilí Martínez, viuda de Benito Pobes. Sin poder contener la emoción dijo de su marido que era «un hombre que no decía, hacía», y agradeció «el cariño que la ciudad nos está demostrando que le tenía».
Citas como la de ayer son encuentros en los que lo que afloran son los sentimientos, lo hacen entre los galardonados y entre todos aquellos que les acompañan para darles su apoyo y agradecer el trabajo que han realizado.
«Tengo ahora un sentimiento enorme de gratitud al comprobar que se premia que en Mirajazz hagamos una actividad de pueblo para el pueblo», apuntaba Javier Fernández que inisitió en que él representaba al grupo pero que «esta txapela es para todos».
De manera muy similar se expresó el presidente de la Cofradía de San Juan del Monte que hizo extensivo el premio a todos los suyos. «A mi me toca estar como representante, pero esto va para todo el equipo».
Y Adriana, acostumbrada tras sus éxitos con la selección a recibir parabienes quiso dejar claro que «un reconocimiento en tu ciudad es diferente; otros te hacen ilusión, sí, pero recibirlo en tu casa, teniendo cerca a tu familia te hace más ilusión».
Mirando al futuro
Tras la comida, en la que compartieron mesa y mantel en el restaurante Carbón casi un centenar de personas, quienes recibieron las txapelas participaron en un coloquio en el que todos hablaron del futuro.
Adriana, que reconoció que el fútbol femenino no genera lo mismo que el masculino y que por lo tanto hablar de equiparar lo que ganan mujeres y hombres es una quimera, sí pidió que «se nos den las mismas oportunidades y podamos trabajar para progresar, con las mismas condiciones que los hombres».
En el coloquio se intentó que todos hablaran de futuro y Javier Fernández, tras ponderar las condiciones de la Fábrica de Tornillos dijo que «se está quedando pequeña y habría que estudiar la posibilidad de hacer algún tipo de ampliación».
Y de ampliaciones habló también el presidente de la Cofradía de San Juan del Monte. En la cita se valoró el éxito de la concentración de charangas de las pasadas fiestas y Roberto López de Davalillo anunció que «para el año que viene vamos a ver si somos capaces de hacer un encuentro que se pueda convertir en récord Ginness».
Se verá, pero ayer el que sí se batió fue el de emociones; las hubo entre todos los presentes y los premiados lucieron con orgullo sus más que merecidas txapelas.
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