Sauritech fabrica una micropieza para un dron que vigilará las costas europeas

«Estaban buscando una micropieza porque no podían contar con su anterior proveedor. Esta pieza era esencial para este súper dron ya que sin la misma el proyecto no podía concluir. La pieza, de vital importancia, era muy pequeña, casi del tamaño de una pulga. Las pruebas del dron se realizaron en Francia y nosotros nos volcamos en este proyecto al cien por cien. Vinieron aquí para ver varias pruebas que habíamos realizado para ellos puesto que la rugosidad era un tema muy importante», recuerda Javier González al frente de la empresa.

La mayor parte de los encargos que realiza Sauritech entran dentro del sector de la implantología y también fabrican piezas para todos los sectores en general entre los que figuran el aeronáutico, aeroespacial, óptico, relojero, eléctrico o de la automoción, entre otros. «Hacemos piezas con una precisión total muy pequeñas. Nuestro rango de tamaño de pieza es de 2 a 20 de diámetro. En series prototipo series pequeñas y medianas teniendo en cuenta que en el sector nuestro hay empresas que hacen la misma pieza en una máquina durante todo el año. Sauritech está, de alguna manera, situada en la empresa que hace series muy pequeñas de piezas complejas en esos diámetros», detalla. En cuanto a sus inicios en Miranda, Sauritech desembarcó hace ya nueve años. «Nos instalamos en el edificio Poliba en el polígono de Bayas en la calle Guadalquivir. Teniendo en cuenta que nosotros estamos muy dedicamos también al sector de la biomedicina en la sección de implantología dental nos pareció una buenísima opción. Nuestras instalaciones no son un taller al uso, ni una nave diáfana alta y oscura, sino que transmiten y son acordes con el tipo de actividad que desempeñamos y los trabajos que llevamos a cabo», recuerda Javier González.

Su puesta en marcha en la ciudad resultó rápida y tras unas obras en el verano de ese mismo año en septiembre ya comenzaron su actividad aquí. Al principio la plantilla era toda de Vitoria pero con el paso del tiempo la mano de obra mirandesa está más que presente. En la actualidad la plantilla asciende a 19 trabajadores de los que seis son mirandeses. «Tenemos una gran colaboración con el ITM. También es cierto que alguno de nuestros empleados no contaba con formación previa, al final trabajamos con máquinas muy especiales y tenemos que ser nosotros los que de alguna forma ofrecemos la formación también en cuestiones muy específicas. En estos momentos tenemos la plantilla incluso algo sobre dimensionada y por ello queremos captar nuevos clientes.

Las instalaciones están en continua expansión y la idea es poder contar con superficie anexa para aumentar la superficie de la empresa. En cuanto a inversión destaca la adquisición por 100.000 euros de una máquina de medición tridimensional lo que permite medir geometrías complejas que no se pueden medir con otros aparatos. «Se trata de una máquina de medición óptica y por contacto que nos ha permitido medir los interiores y exteriores de las piezas de una forma mucho más precisa. Con esta incorporación en nuestras instalaciones se ampliaban las posibilidades de fabricar nuevas piezas de mayor complejidad y precisión».

Titanio, aceros inoxidables, latón, aluminio y plásticos técnicos (peek, ertacetal) son los materiales con los que trabaja esta empresa para la elaboración de piezas de decoletaje de alta precisión en series pequeñas, medianas y prototipos.