La oficina de rehabilitación llegará a final de junio con proyectos para 50 viviendas

El número exacto se conocerá dentro de poco más de un mes, pero no se moverá mucho de esa cifra porque es la suma a la que se aproxima el listado con el que ahora trabaja la oficina gestora, que está ultimando los trámites para poder presentar entre esta semana y la próxima la documentación necesaria de cara a formalizar el libro del edificio (un trámite que se va a subvencionar hasta 2025) de 8 bloques de vivienda, entre los que hay una unifamiliar; y, a partir de ahí, gestionar los proyectos de rehabilitación energética para que, a continuación, la Junta fije el importe a subvencionar en cada caso y los propietarios puedan decidir si siguen adelante y ejecutan la obra planteada u optan por seguir como están.

Evidentemente, desde la asociación confían en que lleguen hasta el final para ganar confort y ahorrar en las facturas de suministro de sus casas, pero también para que sus intervenciones sirvan de ejemplo para el resto de los bloques de sus áreas de influencia y que de cara a futuras convocatorias de ayudas que en el colectivo están convencidos de que saldrán -aunque no saben si con idénticas condiciones- se animen a concurrir y, realmente, Miranda se pueda beneficiar del reparto de fondos europeos para mejorar parte de su entramado urbano.

«Nos esperábamos más porque las subvenciones realmente son muy buenas, pero nosotros no tenemos poder de decisión. No deja de ser un barrio que casi siempre ha sido maltratado y no llegan a terminar de creerse lo que les contamos, por eso creemos que en el momento que vean que se empieza a intervenir y que sí es posible, supondrá que en futuras convocatorias se animará más gente», valoró la arquitecta encargada de la oficina Paula Pérez; consciente de que, además, en la ciudad hay mucho trabajo por hacer en materia de eficiencia energética.

«Hay un montón de edificios en Miranda que son anteriores a a 1970 y no tienen ningún tipo de aislamiento térmico, la primera normativa de construcción es del 79. Cantidad de gente está desembolsando mucho dinero en calefacción pudiéndoselo ahorrar simplemente rehabilitando la fachada», incidió.

Pero ése es un gasto que no a todo el mundo preocupa por igual tal y como han podido constatar según se han ido reuniendo con los propietarios de los inmuebles. Y es que no es la misma la visión de quien reside día a día en la vivienda que la de quien la tiene vacío y no quiere hacer nada de nada porque «puede que no le vea futuro a la zona, no tiene expectativas...», valoró el presidente de la asociación y arquitecto, José Antonio de Juana que, pese a las dificultades que se van encontrando, está convencido de que el camino a seguir es el que emprendieron hace cuatro meses. No hay más soluciones.

Por eso, se da por satisfecho con que en esta convocatoria se pueda ejecutar un bloque de cada una de las áreas principales con las que se está trabajando. Son propietarios a «mimar» porque tiene claro que en cuento se vea el resultado los demás van a ir «cuando sea y con las condiciones que sea, que serán otras distintas a las actuales».

Así que confía en que las propuestas con las que están trabajando en firme en la Barriada San Juan del Monte, la Plaza del Mercado, Eras de San Juan, San Lázaro, la Fuente, Los Hornos y El Olmo salgan adelante porque serían muy representativas de lo que se puede hacer en distintas zonas del área de actuación en la que están volcados. «Sería muy ilusionante».

De momento, para hoy tienen fijada una reunión todos los arquitectos involucrados en tratar de sacar adelante los proyectos para finales de junio. Son seis los profesionales implicados, incluidos José Antonio de Juana y Paula Pérez.

De manera paralela, el colectivo, en su ámbito interno, sigue dando forma a los distintos departamentos en los que quiere dividir el trabajo de la asociación para ser más eficaces. Al de habitabilidad y el de obra nueva, van a sumar ya el de imagen, que están ultimando, y esperan en no tardar en tener bien definido otro que se ocupe de los aspectos sociales, con movilidad y servicios, y de patrimonio, centrado sobre todo en el edificio de la iglesia de San Juan.