Borrar

En Miranda se vuelve a oír relinchar

Raúl Canales

Domingo, 2 de marzo 2025, 00:12

Nunca el relinchar de Zaonera sonó tan bonito como ayer. Esta yegua de pura raza española estaba entre el medio centenar de cabezas de equino que ayer se pudieron ver por las campas del Casco Viejo. Es cierto que una gran mayoría formaban parte de los espectáculos ecuestres organizados para dar un impulso a un evento que agoniza, y que solo 18 pertenecían a ganaderos en busca de cerrar un trato, pero con los antecedentes más cercanos, se puede considerar todo un éxito. Y es que hace dos ediciones no hubo ni siquiera un solo ejemplar y el año pasado solo cuatro en una cita muy desangelada.

Las épocas doradas en las que Miranda se paralizaba durante una semana, en los restaurantes se hacían turnos para comer y cualquier portal se alquilaba como cuadra, forman parte de una historia que es imposible que se vuelva a repetir. Los tiempos han cambiado, la ganadería es un sector en declive y las ferias ya no son el epicentro de la vida social. Pensar que la Feria del Ángel puede volver a ser lo que fue es una quimera, pero tampoco se puede dejar morir una tradición con tanto arraigo. Otras localidades han conseguido reflotar citas similares y Miranda está obligada a hacer el último esfuerzo. La edición de este año supone un primer paso y marca el camino a seguir. Con un modelo diferente, pero que al menos permiten levantar un poco la cabeza.

Las exhibiciones ecuestres garantizan espectáculo y la ciudad respondió ya que la Parte Vieja fue un goteo constante de gente durante toda la mañana. La asignatura pendiente son los ganaderos. «Igual que a los que traen los caballos de monta y doma se les paga, a nosotros también se nos deberían cubrir los gastos, para que si al final no vendemos, al menos no perdamos dinero», aseguraba Juan Carlos, uno de los pocos representantes locales que sobreviven en el sector y que confiaba en cerrar el trato para comprar dos caballos. Su primera oferta no había sido aceptada pero no se daba por vencido.

Más suerte había tenido ya a primera hora Esteban, que cargaba en el camión un burro por el que había pagado 100 euros. «No había mucho para elegir pero necesitaba uno para limpieza de monte», explicaba este riojano que recorre todo el calendario de ferias del norte. La próxima parada es Rincón de Soto, donde se encontrará con Juan, que ayer escuchaba ofertas por un caballo árabe. El precio de salida era 2.200 euros. «Vengo a Miranda por nostalgia, ya que me trae muchos recuerdos de mi niñez. En todos los sitios las ferias han caído, pero aquí se nota más porque fue un referente y ahora es de las que menos movimiento tiene. Tiene que apostar más fuerte por recuperarla», apuntaba.

Vara en mano, un buen puñado de tratantes recorría el recinto. Para muchos, acudir a Miranda es como un ritual con el que cumplen anualmente desde hace décadas. Entre ellos, todo eran caras conocidas y no tardaban en formarse corrillos en los que las conversaciones giraban sobre las dificultades para mantenerse a flote.

Las trabas burocráticas suele ser una de las quejas más recurrentes, aunque los que se animaron a traer ganado ayer se encontraron con una agradable sorpresa, ya que se había instalado un punto de desinfección portátil justo a la entrada, lo que evitaba tener que ir hasta el matadero de Bayas como en los años previos. «Todo lo que sea darnos facilidades se agradece porque es la única forma de volver a atraer a ganaderos y que esto se anime», apuntaban todos.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo En Miranda se vuelve a oír relinchar

En Miranda se vuelve a oír relinchar