Miranda sigue aún lejos de las 1.000 donaciones al año

Una cifra que puede sorprender y que deja patente que aunque en este tiempo sea muy importante disponer de reservar para solucionar los problemas derivados del incremento de siniestros en las carreteras, los fundamental «es conseguir que haya donaciones a lo largo de todo el año. Se precisa plasma y sangre siempre, y por eso es por lo que necesitamos de la generosidad de los donantes», argumenta. Ha hecho Francisco del Amo estas reflexiones poco después de la celebración del Día Mundial del Donante, que fue el pasado 14 de junio.

Esa ha sido una de las reflexiones que se han realizado en los últimos días, y la había que hacer también otra sobre la situación en la que se encuentra la Hermandad de Donantes de Sangre la ciudad, y cuáles son las estadísticas que se manejan en cuanto al número de donaciones que se llevan a cabo por parte de los mirandeses.

Las cifras, todo hay que decirlo, no son especialmente alentadoras puesto que el último año computado, el 2022 concluyó con tan sólo 894 donaciones, lejos todavía de esa barrera de las mil y que «el alcanzarla y superarla es uno de los objetivos que nos estamos marcando para este año» y, mucho más todavía de los datos que se manejaban en Miranda a mediados de la pasada década. El año 2015, por ejemplo, se cerró con un total de 1.683, y en 2016 la cifra fue muy similar. Durante el año se registraron 1.651, así que en aquel entonces en la Hermandad de Donantes de Sangre de Miranda se estaba con la vista puesta en poder llegar a los dos millares. No era ni mucho menos un objetivo quimérico, se veía posible y, tal y como se estaban desarrollando las cosas estuvo cerca de ser una realidad que «hablaba del gran compromiso que tenían los donantes mirandeses», recuerda el presidente provincial.

El descenso se convirtió en una constante a partir de aquel momento se empezó a tener que hablar de caídas anuales de unas cien donaciones. «Teníamos que hablar de 1.400, 1.300, y bajadas paulatinas hasta llegar a la cifra de 2022 que se quedó en 894», y la preocupación fue aumentando de modo proporcionalmente inverso; cada vez era mayor porque no se están encontrando las teclas para volver a animar a los donantes mirandeses, afectados también, como todos por las consecuencias de la pandemia que contribuyeron aún más a que «la situación fuera empeorando».

Cabe indicar, eso sí, que aunque en estos momentos lo de poder alcanzar las 1.000 donaciones es todavía «un objetivo que nos queda un poquito lejos», se está atisbando una leve recuperación. «Podemos decir en este momento que manejamos un dato esperanzador. Con respecto a 2022, que ha sido el peor año que hemos tenido, en estos momentos tenemos 72 más de las que en este mismo período de tiempo teníamos el año pasado».

Haciendo comparaciones con los precedentes son 47 menos que en 2021 y 23 menos que en el 2020. «Lo positivo de todo esto es, por lo tanto, que parece que nos estamos recuperando», apunta esperanzado Francisco del Amo.

Un presidente provincial que lejos de reprochar a los mirandeses que cada vez sean menos los que se acercan al centro de salud durante las jornadas de donación, en lo que se centra es en «reconocer, hay que hacerlo, que son muchas las cosas que desde el centro de hemoterapia se están haciendo mal».

No le duelen prendas a la hora de decir que sería necesario que a quienes emplean parte de su tiempo en ir a donar sangre «hay que tratarlos mejor, con más respeto», y pide a los mirandeses que «tengan un poco de paciencia». Él como responsable provincial de las hermandades de donantes pondrá sobre la mesa las quejas en su reunión con los responsables de la Junta.

Se ha recuperado en Miranda la tercera jornada mensual de donación y dice que en la ciudad «hay suficientes donantes, eso es un hecho, pero lo que no se puede hacer es quitar las fichas antes de la hora para que cuando llegue el momento de terminar la jornada quienes vienen a hacer las extracciones se puedan marchar, y eso no es así. Respeto que los empleados tengan un horario, pero exijo o ruego, que se lo tomen como quieran, que si estamos pidiendo sangre atendamos bien a los donantes. No puede ser que hayan estado tiempo esperando para donar y luego tengan que marcharse a casa sin haber podido donar. Esto hay que corregirlo, y si lo hacemos podremos tener mejores cifras».

En su debe, y éste a nivel particular reconoce que está el monumento a los donantes. «Lo prometí y Miranda lo tendrá». Confía Francisco del Amo en que este sea el año de la recuperación definitiva de la Hermandad de Donantes de la ciudad.