«San Juan se va a celebrar, pero sin Cofradía no sería igual»

«Al final siempre hay alguien que se anima» es una frase muy repetida en este tipo de situaciones, en las que se confía en un salvador de última hora. Sin embargo, esta vez el tópico al que aferrarse para eludir la responsabilidad no suena tan tranquilizador como en otras ocasiones, ya que por primera vez en un siglo, el sillón de la institución con más socios de la ciudad puede quedarse sin dueño. La amenaza es real.

Sin Cofradía, ¿puede celebrarse San Juan del Monte? «Sí, porque las cuadrillas vamos a salir a la calle, pero hay muchas cosas que no van a ser igual», afirman de forma unánime todos los sanjuaneros consultados por este periódico, que coinciden en señalar la importancia de contar con un presidente y que considerarían un error que las fiestas pasaran a manos del Ayuntamiento como también apuntan algunas voces. «Si algo tienen estas fiestas es que son de los cofrades, no son como las patronales o las de otras ciudades. Son algo nuestro, de las cuadrillas», remarcan.

La dificultad para encontrar relevo no es exclusivo de la Cofradía. Es algo común a otras asociaciones. «Hoy en día tenemos gente mucho más preparada pero menos implicada. Cuesta asumir la responsabilidad porque hay que dedicarle muchas horas que te las quitas de la familia y de otras aficiones», afirma Yolanda Urbina, que desde hace siete años dirige una de las cuadrillas más numerosas y que también busca quien la reemplace.

La celebración de San Juan no está en duda, porque en última instancia se buscarían fórmulas como una asamblea de cuadrillas o una junta gestora temporal, pero «es necesario alguien que lleve las riendas y encauce un poco todos los actos».

San Juan del Monte ha evolucionado. Las fiestas mantienen su identidad pero hay muchas cosas que han cambiado en las últimas décadas, sobre todo en cuanto a burocracia.

El presidente de la actual junta gestora, Benito Pobes, admitía en la última asamblea que presidir la Cofradía ahora no tiene nada que ver con las épocas en las que lo hizo él. «La última junta directiva ha dado un paso de gigante en la tarea administrativa; ha dejado el listón muy alto. Sobre el formato de multiverbenas o algunos actos del programa puede haber división de opiniones, pero creo que es innegable que la gestión ha sido muy buena», asegura Luis Virumbrales, de El Escándalo, quien considera que ahora mismo para conducir la Cofradía no basta con tener espíritu sanjuanero y dedicación, sino que hay que rodearse de un buen equipo de trabajo que domine diferentes áreas. «Hay que tener contactos, saber a que puertas llamar, conseguir subvenciones y patrocinadores, tener capacidad de organización,... No vale cualquiera y por eso cuesta que la gente se anime», afirma.

Para Virumbrales, que la próxima edición la tenga que organizar una junta gestora si no aparecen candidatos sería un paso atrás. «Nos daríamos cuenta de la labor, muchas veces silenciosa y poco agradecida, que hace la Cofradía. La fiesta es de las cuadrillas y de la gente, pero para que podamos disfrutar, hay muchos detalles de los que alguien está pendiente todo el año». Aún así, esta opción sería un mal menor comparado con ceder el mando al Ayuntamiento. «Una de las cosas que hace diferente a San Juan es que no hay ninguna connotación política ni bandera ni siglas. Son fiestas populares, del pueblo y para el pueblo, y eso se perdería»

La Cofradía corre el riesgo de «morir de éxito». Así lo resume Jesús Burgos, que considera que la masificación de la fiesta ha provocado que se pierda parte de la esencia. «Las cuadrillas hemos perdido importancia, detalles como la vestimenta han pasado a un segundo plano, hay más actos pero menos espontaneidad,.. ahora San Juan parece más un botellón gigante que unas fiestas populares», afirma.

Esa pérdida de identidad, es en su opinión, uno de los motivos que han llevado al vacío de poder. Alaba la gestión de la junta saliente pero también la culpa de haber primado «la cantidad sobre la calidad». Con Álvaro de Gracia al mando, la Cofradía ha llegado a la cifra récord de 11.000 socios, pero Burgos cree que no se ha sabido transmitir el espíritu sanjuanero.

«Ahora es muy fácil ser sanjuanero, basta con pagar la cuota y que te lo den todo hecho. Se ha perdido el orgullo de pertenecer a una cuadrilla y esa idea de que es necesario implicarse y colaborar en las fiestas». En este sentido, tampoco elude la responsabilidad de los sanjuaneros más veteranos.

«Seguramente los más mayores, y las cuadrillas, tampoco hemos sabido transmitir la historia y los valores de nuestra fiesta a las nuevas generaciones, pero tampoco es fácil porque los tiempos evolucionan y las costumbres van cambiando. Las cuadrillas tienen más componentes pero se han desinflado y han perdido un poco su significado», asegura.

Para el representante de Los Inquietos, el crecimiento experimentado por San Juan en los últimos tiempos puede acabar siendo contraproducente, ya que la responsabilidad organizadora de la Cofradía cada vez es mayor.

Por eso, apuesta por simplificar el programa y volver un poco a los orígenes, a las épocas en las que el formato era más reducido y se dejaba manga ancha a las cuadrillas. Eso aliviaría la carga de trabajo del presidente y facilitaría que hubiera más personas dispuestas a coger el cargo.

Hace tiempo que Álvaro de Gracia había anunciado su intención de dejar el cargo una vez finalizado su ciclo y recuperada la normalidad tras la pandemia del coronavirus, pero la mayoría de sanjuaneros pensaba que alguien de su directiva iba a coger el testigo. Quizá ese exceso de confianza, a pesar de que no había nombres sobre la mesa, es el que ha llevado a la situación actual. «Nos hemos relajado porque llevaban tanto tiempo, y lo han hecho tan bien, que estábamos convencidos de que iban a seguir de una u otra forma. No hemos prestado demasiada atención al relevo y ahora nos hemos dado cuenta de que era verdad que lo dejaban. Prefiero pensar que ha sido que todos nos hemos confiado a que no hay nadie en la ciudad que quiera coger la Cofradía», asegura Isabel Pérez, de El Alboroto, cuadrilla que el año que viene cumplirá 75 años.

Aunque entre las cuadrillas impera el optimismo respecto al futuro más inmediato, la realidad obliga a pensar alternativas por si finalmente no hay presidente. Una de las propuestas que asoma en el horizonte es la de una junta provisional formada por presidentes de las cuadrillas. «Es mucho más difícil gestionar así las fiestas que con una junta directiva como las que hemos conocido siempre, pero algo habrá que hacer, porque lo que es evidente es que San Juan del Monte se tiene que celebrar; eso no está en duda», afirma Pérez.

Por su experiencia al frente de una cuadrilla, sabe perfectamente el tiempo que demanda organizar unas fiestas, por lo que no le cuesta imaginar el esfuerzo que conlleva presidir la Cofradía. Aún así, resta un poco de peso al cargo. En su opinión, hay gente que quizá no se presenta por miedo a no cumplir con las expectativas. «Quizá sería conveniente que la junta saliente haga una buena campaña mediática informando de la situación y sobre todo, explicando lo que realmente supone ser presidente de la Cofradía. Puede ser útil para que alguien se decida a dar el paso», aseguran desde El Alboroto.