Un ecosistema de nexos improbables en Miranda
El Clúster CBECyL cumple 15 años de actividad con base en el CTMEpero sin socios mirandeses
Toni Caballero
Miranda de Ebro
Domingo, 7 de diciembre 2025, 23:55
'Clúster' es un término que se refiere a una agrupación de elementos similares que funcionan conjuntamente. Su significado exacto varía mucho según el contexto ... y, en el ámbito local y más concretamente del Centro Tecnológico de Miranda (CTME), Miranda hace las veces de sede para el Clúster de Bienes de Equipo de Castilla y León (CBECyL), una concentración geográfica de empresas, instituciones, centros de conocimiento (universidades y centros tecnológicos) que tiene como objetivo la mejora de la competitividad de su ecosistema a través del desarrollo del I+D+i.
«Facilitamos el desarrollo de acciones que, individualmente, difícilmente puede realizar una sola empresa. Somos ecosistemas de colaboración, contamos con pymes y grandes empresas, pero también con centros de conocimiento e instituciones que quieren desarrollar la investigación y el desarrollo. En nuestro caso, son entidades interesadas en trabajar en el campo de los bienes de equipo y toda la cadena de valor», explica Ruth Escolar, responsable del Clúster CBECyL.
Este ecosistema se compone de 44 socios autonómicos, entre los que «hay fabricantes de maquinaria industrial y equipos, proveedores directos de estos fabricantes, distribuidores especializados y otras actividades complementarias como pueden ser la reparación o la instalación de estos bienes, también las ingenierías de soporte y consultoría».
Se puso en marcha en el 2010 como iniciativa de lajunta de Castilla y León y del CTME, que lo impulsó «ante la necesidad de consolidar una agrupación que promoviese este sector a nivel regional».
Pese a que su secretaría técnica tiene base en el espacio tecnológico mirandés, el clúster no cuenta con socios de la ciudad. «Seguramente sea porque la gente no sabe que estamos en el CTME, y es que el centro tecnológico trabaja muchísimo para el sector de los bienes de equipo. Hay otros centros dentro del clúster, hasta tres más. La cuestión es que, sobretodo para muchas pymes de la ciudad, sería muy interesante que formarán parte porque les reportaría muchísimas ventajas y servicios».
Para formar parte de este colectivo nacido «sin ánimo de lucro», además de un pago anual que va en concordancia con el número de trabajadores contratados por la empresa o entidad interesada en asociarse, «tiene que estar englobada dentro de unos determinados CNAE (códigos de actividades económicas) que trabajen para este sector, tales como fabricantes de maquinaria o proveedores, entre otros».
Una vez registrada la solicitud en la secretaría técnica liderada por Escolar y Paula Cuadra, esta con base en León, «nosotras las facilitamos las condiciones para poder adherirse. Somos una agrupación empresarial innovadora, les contamos los servicios y, si están interesados, todo sigue su curso». El clúster CBECyL ofrece una serie de servicios vinculados a los cuatro ejes estratégicos del grupo: Innovación y tecnología, Acceso a mercados e internacionalización, Talento y Cooperación.
Actualmente, son estas dos trabajadoras las que llevan a cabo las labores del día a día en la estructura del grupo. «Nuestro objetivo es fomentar la innovación y el desarrollo tecnológico de los asociados, mejorar su productividad y competitividad. Facilitar que colaboren entre ellas y generar nuevas oportunidades. Además de promover la transferencia de conocimiento».
En resumen, se buscan proyectos colaborativos en los que las diferentes patas del banco puedan beneficiarse de los recursos de sus asociados. «No somos como una asociación al uso, nos diferenciamos por la pata de innovación. Somos ecosistemas que generan conexiones improblables porque conseguimos incluso que empresas que son competencia directa en un sector concreto compartan proyectos colaborativos. Que se generen sinergías entre entidades que no colaborarían de manera habitual».
Poner el potencial académico de una universidad o un centro especializado, por ejemplo, al servicio de una determinada empresa o facilitar la cooperación con clústeres de otros ámbitos territoriales y de actuación. «Tenemos proyectos con grupos de otras comunidades, también nacionales y participamos en europeos. Cada cuatro años tenemos que presentar un plan estratégicos con los ejes sobre los que trabajamos. Ahí nos presentamos a las convocatorias anuales y presentamos proyectos colaborativos entre los asociados».
Las ideas bien pueden surgir de los propios centros de conocimiento o de las necesidades de las empresas a la hora de adquirir una nueva tecnología o testar un proceso. Estos proyectos sirven para ver si una tecnología es válida para el sector y los resultados han de transferirse.
«Animamos a las empresas mirandesas, sobretodo a pymes, porque somos el interlocutor referencia del sector a nivel regional. Desarrollamos servicios y proyectos que las impulsan. Colaboran con otras empresas, clúster y entidades, y mejoran la competitividad.También podemos apoyarlas encontrando talento porque igual no tienen mucha visibilidad y les cuesta encontrar gente para prácticas; o con departamentos específicos como el financiero o recursos humanos, que suelen ser habituales en grandes empresas pero no en pymes. Miranda es una zona con tradición industrial, hay un tejido con mucha relación con el sector de los bienes de equipo», zanjan.
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