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La Fábrica de Tornillos volverá a acoger algunas actuaciones del nuevo festival. Avelino Gómez

Ebrovisión ha cubierto ya el 70% del aforo de las 4.500 personas diarias que espera acoger

La asociación prevé poner a la venta la próxima semana las 400 últimos abonos para el nuevo formato del festival que se celebrará del 31 al 3 de septiembre

Miércoles, 9 de agosto 2023, 00:17

Ebrovisión ha cubierto ya el 70% del aforo de su nuevo recinto en el polideportivo de Anduva y la próxima semana espera poner a la ... venta los últimos 400 bonos para disfrutar del nuevo formato de un festival que arrancará en tres semanas con el reto de atraer a unas 4.500 personas diarias. Ésa es la cifra que se ha marcado la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo, organizadora de un evento que, en su nueva ubicación, tienen claro que podría dar cabida a un número más amplio de festivaleros, hasta 6.000 por jornada; pero para el primer ejercicio con cambio total de formato, no quieren arriesgar y prefieren ir creciendo paulatinamente edición a edición y no de golpe.

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«La meta de este año no es llenar y meter esas 2.000 personas más. El objetivo es llevar a cabo el proyecto nuevo y que el público esté a gusto, que lo disfrute y asuma un cambio que entendemos que es mejor para todos», reconoció el presidente de la asociación, Ramiro Molinero.

De hecho, sus planes de emergencia y el diseño del recinto, los servicios complementarios, desde baños a restauración, están pensados para una horquilla de público que se mueve entre las 4.500 y 5.000 personas por jornada; cifras que dejarían un margen de ampliación a futuro para llegar hasta esas 6.000 diarias que sería el máximo de la capacidad del recinto en el que se estrenan este año con un proyecto que supone un giro de 180º y que, a tenor de la respuesta del público, en un mapa plagado de festivales, algunos en esas mismas fechas -hasta 8 tienen controlados, uno de ellos a sólo 60 kilómetros de Miranda, en Logroño-, ha sido bien acogido.

Lo fue, de hecho, desde que se anunció, ya que durante la celebración de la propia edición de 2022 se vendieron unos 300 abonos y el ritmo fue bueno hasta final de año. A partir de ahí se fueron adquiriendo por goteo y ahora ya se nota que queda poco tiempo para que la nueva cita de Ebrovisión abra sus puertas y hay mayor demanda. También de entradas de día se ha incrementado mucho la venta. Se han dado salida a casi 300 para cada jornada.

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Las cifras

  • 60 tiendas de campaña de entre 4 y 8 plazas va a tener el glamping que estrena el festival y en el que esta semana se puede reservar espacio con el 20% de descuento esta semana.

  • 19 de los 25 grupos del cartel no han estado nunca en el festival, no lo han visitado en ninguna de sus 21 ediciones.

El mayor problema con el que se están encontrando, aunque es ajeno a la organización, es el «déficit de alojamientos» que hay en la ciudad para atender la demanda de toda la gente que acude al festival y quiere quedarse. En Miranda hace meses que no hay camas libre, muchos lugares del entorno también han colgado el cartel de completos y donde quedan huecos los precios no animan a reservar. Una situación que se ha visto agravada al estar cerrado tanto El Convento como el Hotelandgo y que confían en que de cara a la siguiente edición vuelvan a estar entre las alternativas.

«La falta de plazas es algo que nos impide crecer también en nuestras ideas; porque no se trata de meter gente sin más, sino de que estén cómodos y la ciudad absorba ese número de personas, por eso vamos a ir un poco con el freno echado en ese sentido», apuntó Molinero.

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De hecho esa situación también les ha llevado este año a estudiar la posibilidad de habilitar autobuses lanzadera desde ciudades como Vitoria o Burgos, aunque es algo que aún se está valorando; y a habilitar un 'glamping -tiendas con colchón y otros servicios-. Hasta 60 carpas con capacidad para entre 4 y 8 plazas. No faltará la habitual zona de acampada que calculan que podrá dar respuesta hasta 800 personas. Una cifra que se controlará pormenorizadamente, no como en ediciones anteriores. «Se han sacado tickets de acampada por motivos de seguridad», explicó.

Además, en esta edición también son conscientes de que se están empezando a alquilar pisos de particulares. «Al final la gente se busca la vida», reconoció Molinero; a quien el alojamiento es una cuestión que preocupa, aunque no sea responsabilidad de la organización, porque «tiene que estar todo en consonancia y que quien venga tenga unos servicios acordes a los que el festival quiere ofrecer».

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Otros atractivos

Entre ellos está el de restauración. Las plazas para los menús de Alejandro Serrano y Alberto Molinero «duraron unas horas» y para ofrecer comida recién, hecha, con productos locales -entre los que no faltará una ensalada de tomate o las delgadillas-, de kilómetro cero y elaborada, van a contar con 16 personas sólo en cocina, una industrial, al nivel de la de cualquier restaurante, que va a contar con 80.000 vatios de potencia para poder enchufar hornos, planchas, freidoras... «Va a ser un plus para el público. Habrá una oferta amplia. Creemos que a nivel gastronómico los festivales podemos crecer mucho, la gente lo demanda».

Pero el cambio de escenario y la distribución por distintos espacios no es lo único nuevo en Ebrovisión, el nuevo formato también va acompañado de «un giro a la línea artística y marcar una diferencia con el resto, saliéndonos de los grupos que van a todos los sitios. Es una apuesta arriesgada pero la gente está respondiendo».

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Hay que tener en cuenta que 21 de los 25 grupos que componen el cartel no han pasado nunca por Ebrovisión, no han estado en ninguna de sus 21 ediciones. «El festival tiene un cartel muy diferenciado y muy definido con respecto a otros», concluyó.

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