CTME obtiene 667.000 euros para crear tableros de construcción sostenibles

Desarrollar nuevos compuestos, productos y soluciones constructivas a partir de materias primas procedentes de recursos endógenos biológicos y materiales reciclados de Castilla y León, todo para crear tableros industriales más sostenibles dentro del ámbito de la construcción. Este es el objetivo principal del proyecto SOLEMAD, que cuenta con el Centro Tecnológico de Miranda de Ebro (CTME) como uno de sus cuatro socios (junto Fundación CESEFOR, SONAEARAUCOYMEDGON), y cuyo presupuesto asciende a 784.000 euros unicamente en la instalación mirandesa.

En este sentido, CTMEfinanciará el 85% del proyecto gracias a la subvención los fondos europeos FEDER, en torno a 667.000 euros, que percibirán entre el presente curso y 2025. «Hay anualidades con más carga de trabajo, por lo que no se recibirá el mismo monto todos los años. Nosotros comenzamos con el proyecto el pasado 1 de enero, y el objetivo es desarrollar tableros más sostenibles y con nuevas funcionalidades, partiendo de recursos endógenos como la resina de las coníferas», explica Yolanda Núñez, responsable de I+D del centro tecnológico.

Para llevar a cabo estos nuevos materiales en el sector de la construcción, el CTME aportará su conocimiento y experiencia en materiales plásticos, así como en sus procesos de transformación y caracterización, siempre desde una perspectiva de sostenibilidad.

«En este proyecto trabajarán unas 14 personas de nuestro centro, más o menos, pertenecientes a distintas áreas: 6 profesionales materiales, 1 en sostenibilidad, 2 personas en proyección térmica, 1 en laboratorio de caracterización, y otros 4 perfiles en administración», enumera la portavoz del plan subvencionado con fondos europeos.

Por un lado, se empleará colofonia (resina natural obtenida de las coníferas), recurso endógeno de nuestra región, que dotará a los tableros de propiedades bactericidas y de hidrofobicidad. Por otro, se incorporarán diferentes fibras de origen natural, que permitirán una mejora de sus propiedades mecánicas, claves en muchas de las aplicaciones del sector de la construcción.

Como resultado del proyecto, «se espera obtener materiales sostenibles con las propiedades mecánicas necesarias para su uso en tableros de construcción y además con una buena resistencia a la intemperie y al ataque microbiano, utilizando tecnologías de formulación y compounding». Asimismo, se investigará en diferentes estrategias de reducción de peso de los materiales, basadas en la incorporación de aditivos específicos y en procesos de espumación.

Por su parte, la Fundación CESEFOR aportará su conocimiento de la madera y todos sus procesos, así como sus usos, principalmente en el sector de la construcción. Respecto a las dos industrias implicadas restantes, ambas referentes en la fabricación de los productos y soluciones constructivas, sumarán al consorcio el conocimiento de sus procesos industriales, así como las demandas y necesidades del sector al que se dirigen las nuevas soluciones a desarrollar.

«Con ello se pretende dotar al sector de la construcción y su tejido productivo de nuevas fórmulas dirigidas a la descarbonización e industrialización, seguras y de fácil implementación», reitera en torno al novedoso proyecto en el que participa CTME.

Planes

Cabe recordar que el centro también se encuentra trabajando en otros proyectos como SmartTaladrine, en el que comparte consorcio con otras entidades, que cuenta con un presupuesto de 497.000 euros y una subvención de 363.391 euros por parte del Ministerio de Ciencia.

«El objetivo es diseñar y desarrollar una solución innovadora que permita gestionar de forma eficiente las taladrinas en operaciones de mecanizado. Si la taladrina no se gestiona de forma correcta, se degrada y ya no cumple adecuadamente su función, esto provoca que el proceso de mecanizado se vea afectado, con el consiguiente perjuicio económico, y también ambiental», explican desde el centro. El espacio mirandés se encarga de la monitorización de la taladrina y el comportamiento de la máquina a través de sensores, y cuenta con una dotación de 190.000 euros.