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El inicio de la actividad esta semana en la fábrica de Toro ha dado el pistoletazo de salida a una campaña remolachera a la que ... la Azucarera de Miranda se sumará el 2 de noviembre. Esa es la fecha -la misma que el año pasado- marcada en rojo en el calendario por los responsables de la planta para comenzar la recepción de raíz, una tarea que se prolongará en durante 7 semanas en las que se esperan molturar 220.000 toneladas. Lo harán, de media, a razón de 5.000 diarias.
Hasta que llegue ese momento, la planta seguirá madurando en la tierra y ganando sacarosa, por lo que, a priori, es difícil definir el rendimiento que se va a obtener; aunque las previsiones son buenas. Y es que aunque en algunas zonas el cultivo se ha visto afectado por restricciones de agua, lo compensa «un buen estado sanitario, sobre todo por la ausencia de enfermedades foliares», explicó Pablo Gómez, responsable de Cultivos de Azucarera; quien ponía en valor el importante esfuerzo que este año ha tenido que hacer el agricultor para mitigar la sequía.
Sobre todo en la zona de Burgos sur y Palencia, que aporta la producción de unas 420 hectáreas, donde sí que ha habido alguna restricción de agua, aunque «hasta final de verano se han podido mantener los riegos de forma adecuada».
Además, confían en que en las próximas semanas bajen las temperaturas y llegue algo de lluvia para aliviar la escasez de la última parte del ciclo. «Éste es un sector muy profesionalizado y siempre responde a las necesidades de la planta para hacer frente a la meteorología del año», destacó el responsable de cultivos.
No ha habido problemas en Álava y La Rioja, que son «el pulmón de la fábrica y donde el desarrollo es bueno. La remolachas de esas zonas están espectaculares» y es ahí donde tienen contratadas la recogida de cerca de 1.100 hectáreas.
Este año también va a ser el primero que reciban raíz con origen en Huesca, de unas 110 hectáreas destinadas a este cultivo, y desde donde la producción llegará en tren. Todo un reto logístico. «El desarrollo de la planta ha sido bueno. Ha habido apoyo técnico y un buen compromiso por parte del agricultor. Es un cultivo nuevo pero que se ha desarrollado bien», explicó Gómez, que tiene claro que lo más complicado de esta operación está en el transporte: por la distancia y la mayor complejidad del ferrocarril frente al transporte por carretera. «Es una zona nueva que puede aportar algo de remolacha, aunque el grueso siempre va a estar en Álava y La Rioja».
Y el objetivo es que cada vez aporten más, para recuperar las cifras de molturación de hace unos años, cuando superaban las 400.000 toneladas, duplicando la cifra actual. El futuro a corto plazo pasa por recuperar ese volumen, aprovechando el momento alcista del mercado del azúcar que en estos momentos ofrece a los agricultores entre 2.500 y 3.000 euros de margen neto por hectárea. «El ingreso del productor se ha multiplicado casi por dos en los últimos tres años», destacó.
Rentabilidad que tiene claro que jugó un papel importante para que en esta campaña pudieran sumar 710 hectáreas más de cultivo. Una cifra que confían que sea superior de cara a la próxima temporada de plantación dado que la rentabilidad sigue evolucionando al alza. De hecho, para lograr que así sea, los responsables de Azucarera ya han iniciado el trabajo comercial, ofreciendo una cantidad económica por cada tonelada; pero también contratos personalizados, en los que la empresa asume parte del riesgo económico y agronómico.
«En la incorporación de nuevos agricultores parece que, de momento, gana el dar más garantías y cooperar con el productor; pero las dos fórmulas son viables», destacó el responsable de Azucarera; que considera fundamental, en un momento de incertidumbre general, el hecho de que «el agricultor sepa el dinero qué va a percibir por la remolacha. Es algo que poner sobre la mesa como valor que nos diferencia. Los primeros contactos en Álava y La Rioja, de cara a ampliar el cultivo la próxima temporada, han sido muy positivos», zanjó Gómez.
Es cierto que es donde hay más tradición remolachera, por lo que su implicación resulta esencial, ya que «podríamos contar con el doble de superficie cultiva y no tener ningún problema para asumir la producción. Al final, la fábrica lo único que tendría que hacer es alargar la duración de la campaña. Hay que crecer lo máximo posible, es el momento. El mercado del azúcar está en ciclo alcista», concluyó.
Crecer. La fábrica junto a la N-1 cerró la campaña de 2017-18 con 390.908 toneladas de remolacha.
Producción. Se va a recepcionar tubérculo de 2.482 hectáreas.
Cultivo amigable. Todo se aprovecha, ya no hay residuos, hay coproductos, como pulpa, melaza, carbocal.
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