El Ayuntamiento apuesta por plantar árboles para reducir su huella de carbono

Evidentemente, el programa sólo supone un primer paso en esta vía ya que se ha estimado, atendiendo al resultado de la calculadora del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Mitma), que ese nuevo grupo de ejemplares autóctonos compensará casi el uno por ciento del dióxido de carbono anual que produce el Consistorio con su actividad y que está cifrado en 933 toneladas. De este global, los árboles y arbustos que en estos momentos se están plantando van a absorber 6,8.

Este grupo de 8 alumnos, que estará en formación hasta finales de agosto (completando un periodo de seis meses) también se encargará del mantenimiento y cuidado de algunas zonas verdes municipales situadas, principalmente, en Aquende, y entre las que se incluye el Jardín de Don Lope, estancia recuperada años atrás con otro programa de escuela taller.

En septiembre, comenzarán su capacitación en jardinería otras tantas personas, 8 más, que se encargarán de llevar a cabo la recreación del jardín que 'decoraba' la zona residencial de los oficiales del campo de concentración. La recreación sobre plano lleva lista medio año, pero no se ha hecho nada aún, a la espera de tener la confirmación de que el proyecto recibía el visto bueno del Ecyl dentro del programa mixto de capacitación que desde hace muchos años subvenciona en la ciudad y de que se cuente con los terrenos para llevarlo a cabo.

Una vez que se delimite el espacio exacto sobre el que se va a trabajar y, por tanto, la dimensión que tendrá el jardín, los alumnos que se incorporen en septiembre serán los encargados de reproducir un diseño que se ha realizado tomando como referencia una imagen de la época encontrada en el archivo de la Diputación Provincial de Burgos. «Vamos a intentar hacerlo lo más parecido posible», señalaron los responsables del programa.

Del terreno total que se le ceda al Ayuntamiento para el proyecto de recreación del campo, el jardín acabará ocupando el espacio que quede libre una vez que se recupere el aljibe de agua y se instale la reproducción del barracón que ha encargado el Ayuntamiento.

El diseño, de forma rectangular, estará definido sobre el terreno por unos parterres delimitados por setos bajos recortados, con formas geométricas muy definidas y conformados con especies autóctonas de la zona y resistentes a las condiciones climáticas, como el aligustre, el romero. En las esquinas se conformarán unas bolas con lavanda o boj. «Vamos a utilizar especies de la zona para que la demanda de agua no sea muy elevada». También está previsto ubicar en ese entorno algún ejemplar de madroño o encina, que son los que mejor se van a adaptar a la zona.

«Como el jardín era para decorar y lavar la cara del campo era muy sencillo y no ha sido muy difícil reproducirlo. En alguna foto aérea se ve claramente el diseño y en las que están más cercas, las especies también se distinguen bastante bien», concluyeron. Eso sí, dejando claro que, pese a su sencillez, siempre es interesante recuperar este tipo de instalaciones por lo que implican de recuperación de la memoria histórica.