Tras los secretos de Otxandio y Zeberio

Este sencillo paseo en torno a Otxandio nos acerca hasta el barrio de Mekoleta por las laderas del monte Pagadoi pasando por viejos hayedos de gran belleza para regresar a Otxandio por la antigua calzada de Mekoleta, en tiempos pasados única vía de conexión con la villa. El sendero pasa también junto a la cola del pantano de Urrunaga (Lugar de Interés Comunitario), donde podemos disfrutar de un paisaje hermoso y alto valor naturalístico.

Desde la Plaza Nagusia de Otxandio, donde encontramos un panel informativo sobre sus senderos, seguimos el trazado del Camino Real por el arrabal de Uribarrena, hasta que a mano derecha nace una pequeña calle que nos acerca a Atzekolandeta. Cruzamos el puente sobre el río Urkiola y atravesamos la zona baja del monte Pagadoi. El sendero discurre paralelo a la variante hasta que a la altura del viejo matadero desemboca en un camino asfaltado, Iturrizarreko bidea (camino de la vieja fuente).

Giramos a la izquierda y tras pasar bajo la variante nos encontramos con un cruce de caminos, donde seguimos de frente, paralelos al río Urkiola, en dirección al área recreativa de Presazelai. A la altura del caserío Txirtxorrena (de Txirtxor) el asfalto deja paso a un agradable sendero en el que enseguida descubrimos la vieja fuente de Tella.

Paralelos al río, por pequeños bosques de hayas trasmochas, no tardamos en desembocar en la carretera de acceso al barrio de Mekoleta. Al otro lado de la vía se encuentra el área recreativa de Presazelai, donde comienza la cola del embalse de Urrunaga. Se trata de una zona de gran belleza, perfectamente acondicionada para pasar una tranquila jornada de descanso ubicada en un espléndido bosque de hayas trasmochas.

Continuamos por el asfalto hasta Mekoleta. Aunque queda fuera del recorrido merece la pena visitar el barrio, sus caseríos (algunos del s. XVIII), la vieja fuente pública y las escuelas de barrida, todo ello en el límite del pantano de Urrunaga.

Retomamos el sendero en el desvío del auzoa y seguimos unos 50 metros por la carretera, hasta un desvío (izd.) por el que accedemos a la antigua calzada de Mekoleta. Entre robles y hayas trasmochas alcanzamos el punto más alto, donde una flecha nos marca la desviación a la nevera de Astakurutz. Continuamos el descenso por la vieja calzada del s. XVIII. Las hayas dejan paso a hermosos robles a medida que nos acercamos a Otxandio.

El camino desemboca en una pista junto a la variante, por la que volvemos a Iturrizarreko bidea. A la altura del viejo matadero, una señal nos muestra el camino hacia Mainerrota, desde donde regresamos a la Plaza Nagusia.

Este sendero eminentemente montañero nos va a permitir conocer algunos de los 70 barrios de Zeberio, en un entorno rural y alejado del ruido de la urbe. Por estas tierras discurría el Camino Real, cuyos últimos tramos pisaremos, y transitaremos por los antiguos caminos que unían estos barrios y sus ferrerías, molinos, caseríos y ermitas por rincones fascinantes rodeados de historias sobre basajaun, gentiles, brujas y lamias.

Partimos de Zubialde, el núcleo principal de Zeberio. Junto al Ayuntamiento se encuentra el panel del sendero y sus variantes, que dejamos para otro día. Seguimos la carretera dirección Ugao y tras superar la ermita de San Roque y San Antolín cogemos (dch.) una pista asfaltada que discurre junto al arroyo Uxondo. La abandonamos más adelante para tomar un camino que cruza el río y se adentra entre pinos. El objetivo es un pequeño pero bonito robledal, que atravesamos antes de enfilar hacia Ereñotza.

Sin llegar a entrar en el barrio, cogemos una pista (izd.) que lleva a Zeberiogana y su imponente ermita de Andra Mari. Atravesamos el barrio y sus bonitos caseríos y pronto dejamos atrás el asfalto para remontar por una pista forestal que da varias revueltas hasta el collado de Irumugarrieta, donde confluyen Bedia, Galdakao y Zeberio. Cerca está también la cima del Tontorrandi (poste de madera), el monte más alto ubicado en Zeberio.

Seguimos hacia la derecha para recorrer las estribaciones del Mandoia, cuyo desvío a la cima obviamos un poco más adelante. Siguiendo siempre la pista principal, recorremos el cordal, dejando más adelante la modesta cima de Argiñaoatxa a la izquierda. Descendemos ya hacia el barrio de Argiñao, aunque antes pasamos junto al caserío Apalagagoikoa, el albergue-restaurante Mandoia, y nos desviamos unos metros para visitar la de ermita de San Adrián y su interesante ventana prerrománica.

Ya en Argiñao, seguimos la carretera hasta un desvío en una curva que nos lleva hacia Sarasola en un tramo algo confuso por la intensa explotación forestal que padece la zona y en la que la referencia es el cordal. Tras el txakoli Ugabe salimos a una pista.

Continuamos unos metros por la izquierda hasta un camino algo sucio que desciende con ganas hasta las inmediaciones del barrio Etxebarri. Por la carretera enlazamos (dch.) con un camino que acaba por pegarse al río Zeberio y que lo sigue hasta casi Ermitabarri por una preciosa senda en la que encontramos paneles que cuentan pequeñas historias y leyendas de Zeberio. En Ermitabarri, la visita a la iglesia de Santo Tomás de Olabarrieta es obligatoria antes de retornar ya a Zubialde.