Del río Agüera al puerto de Trabakua

El sendero PR-BI 24 une Markina-Xemein con el alto de Trabakua a través de barrios como Iturrieta y Barandikoa siguiendo ancestrales caminos de arrieros que conectaban la costa vizcaína con el interior. El recorrido original es lineal, de poco más de diez kilómetros de longitud. En este caso hemos aprovechado las variantes PR-BI 24.1 (Iparragirre) y PR-BI 24.2 (Mendibil) para retornar a Markina y completar un recorrido más exigente, de 22 kilómetros y cerca de 900 metros de desnivel positivo.

Desde la plaza del Ayuntamiento –Goiko Portala– enfilamos por la calle Abesua en dirección a Etxebarria pasado por delante del frontón. Al final de la recta encontramos una callejuela a la derecha donde se encuentra el panel del sendero y el primer poste de señales. Pasamos bajo un puente que da acceso al palacio de Murga y dejamos atrás la torre Bidarte y el caserío Atain antes de salir a la carretera de Iturrieta.

Seguimos por el asfalto hasta la empresa Barrenetxe donde hay (izd) un atajo que desemboca más arriba en la carretera. La senda aprovecha las pistas de servicio de varios caseríos para llegar al de Akoda, donde acaba el cemento. El camino penetra en el pinar y remonta por la ladera occidental del 'centenario' Baldako Txutxurra (Baldaburu) antes de salir a una pista por la que llegamos a Iturrieta también antes de dejar a la derecha el PR-BI 24.1 que seguiremos en el descenso. Tras otro tramo de asfalto, tomamos (izd) otra pista que llanea hasta una pronunciada curva a la altura del caserío Barandikoa.

Aquí cogemos el camino que asciende en fuerte pendiente (dch), bordeando primero el Ilunpe y luego, tras confluir con el PR-BI 24.2, el también 'centenario' Mendibil, accesible desde su collado meridional, en el que desembocamos. Solo queda descender hasta Trabakua, el último tramo por la carretera BI-2301.

Retornamos a Markina aprovechando las dos variantes antes citadas. El acceso a la primera de ellas está al final de la pendiente cementada por la que hemos bajado antes a la carretera. Rodea por su vertiente occidental el monte Mikaoko Puntea en un agradable y cómodo paseo antes de confluir con el camino original. A la segunda variante accedemos tras cruzar el barrio Iturrieta.

Llanea entre los últimos caseríos y se adentra en un pinar, por el que descendemos hasta el abandonado caserío Iturriaga. Seguimos bajando (izd) por una pista de cemento que pasa a ser de tierra tras una alambrada antes de llanear hasta un grupo de casas aisladas. Desde allí, de nuevo por asfalto, continuamos sin pérdida hasta Markina.

El GR-123 es el gran sendero de Bizkaia. Recorre perimetralmente el Territorio Histórico a lo largo de 400 kilómetros con principio y final en Lanestosa. En sus 18 etapas pasa por todo tipo de hábitats y paisajes, desde agrestes roquedos a agradables senderos a orillas de ríos remotos. El paseo por la aliseda del Agüera es de estos últimos. Son los kilómetros finales de la penúltima etapa del GR-123 (Muskiz-Trucios), que discurren entre el barrio de Agüera y Turtzioz. A lo largo de un sencillo paseo de ida y vuelta, el curso del Agüera nos sirve de guía para descubrir un bello entorno fluvial en la periferia del Parque Natural de Armañón.

Partiendo del centro urbano de Trucios, esta pequeña excursión brinda la ocasión de conocer uno de los bosques de galería mejor conservados de Bizkaia, formado mayoritariamente por alisos. Se trata de un árbol con especial querencia por los márgenes de los ríos y su permanente humedad. A cambio, sujetan la tierra para que no sea arrastrada al cauce, proporcionan frescura y sirven de cobijo a la fauna vinculada a este hábitat. En este caso, además, el recorrido discurre bajo los farallones del pico Jorrios, cortados aquí por la erosión del río, en los límites del Parque Natural de Armañón.

Pero el interés de la excursión va más allá de la botánica. También pasaremos por pintorescos barrios como Pando, Agüera o Basinagre, en los que conoceremos típicos caseríos encartados, torres banderizas, antiguos puentes y molinos. En Trucios, partimos del aparcamiento que hay frente a las escuelas, junto a un parque infantil. Cruzamos el pueblo por la carretera admirando su riqueza arquitectónica. Abandonado el núcleo urbano, nos desviamos (izd) hacia Pando, donde destacan su torre y las casas y sus llamativas balconadas, que alternan los estilos de caserío vasco y cántabro dando pie al conocido como 'caserío trucense'.

Siguiendo las balizas rojas blancas y amarillas del GR-123 y el PR-BI 120, continuamos hasta Basinagre, presidido por el conjunto residencial de la Torre Palacio de la Era (palacio, molino –en ruinas–, casas del molinero y el administrador y puente sobre el Camino Real). A la salida de Basinagre, el PR-BI 120 nos abandona para ascender hacia el Jorrios. Seguimos por la aliseda, que nos lleva hasta Agüera, donde nos reciben la iglesia de San Juan Bautista y la bolera a orillas del río. Es el punto en el que iniciamos el retorno a Trucios por el mismo camino aprovechando para disfrutar de los detalles que se nos han escapado en la ida.