Campaña de EL CORREO por el respeto en el deporte: «No nos vale ganar con trampas»
Compañerismo ·
Los equipos Aiala, Amurrio y Laudio trabajan juntos con el fin de que los futuros ciclistas den ejemplo en el pelotónPablo Sanz
Jueves, 28 de agosto 2025, 00:18
El ciclismo no entiende de colores. Los conjuntos, con independencia de su procedencia, se ayudan unos a otros en las diferentes competiciones que afrontan durante el año. Se prestan material, solucionan averías ajenas, comparten alimentos... Este es el caso del Aiala, Amurrio y Laudio, que educan a los niños y niñas de sus filas con relevos continuos como si de una contrarreloj por equipos se tratase. Los tres clubes, muy implicados en el trato que sus ciclistas ofrecen en el día a día, están ante todo comprometidos con la deportividad. «Nuestras funciones son inculcar valores como el respeto a los rivales, jueces, jurados técnicos, público y hacia su propio club», concuerdan las tres escuadras.
Este tipo de comportamientos los ponen en marcha desde que pasan a formar parte de sus equipos con edades que rondan los seis años, con el fin de que se familiaricen con estos hábitos. «El primer día de la temporada hacemos un ejercicio en el que un niño que lleva más años se para y simula una caída para ver si le esquivan o se preocupan por él. Trabajar este tipo de situaciones es mucho más importante que ganar una carrera con trampas. Eso no nos vale», comenta Xabi Alonso, entrenador del Amurrio. Una tendencia similar a la que emplean en el Aiala. «Cuando sales a competir tienes que defender a tu equipo con la máxima intensidad, pero eso no quita que seas más que tus rivales», señala Valentín Campo, técnico del Aiala que añade que «felicitan al ganador siempre y cuando lo haga de forma limpia».
Kirolean Errespetuz es una iniciativa que promueve EL CORREO con el patrocinio de la Diputación Foral de Álava cuyo objetivo es mentalizar a todos los actores del deporte alavés sobre la necesidad de poner en primera línea de foco el respeto entre deportistas, árbitros, entrenadores, público y padres. https://www.elcorreo.com/kirolean-errespetuz
Las conductas de falta de ética en este deporte no suelen ser tan habituales como en otras disciplinas. Sin embargo, las pocas veces en las que ha habido alguna incidencia se ha solucionado sin problema alguno. «Lo primero que hacemos es cortarlo por lo sano y hablar tanto con el chaval como con sus padres. Le ponemos freno enseguida», comunica Julen Olabarrieta, preparador de la Sociedad Ciclista Llodiana. Una coyuntura igual a la que se lleva a cabo en el Aiala.
«No hemos llegado nunca a una situación tan grave como para tener que poner ningún tipo de castigo. Muchas veces son malentendidos que se solucionan en el momento», incide Campo. Y es que lo más severo que ha presenciado Alonso en este sentido ha venido desde la cuneta y no desde dentro del pelotón. «En un ciclocross había unos niños sentados en unos muros tirando al circuito piedras y montones de barro. Se les recriminó su comportamiento en privado y no ha vuelto a suceder», relata.
El compromiso y la lealtad que existe en el ciclismo es total. Pese a que la imagen que pueda dar desde fuera de ser un deporte individual, la unión y el trabajo conjunto son las claves del éxito. «Tadej Pogacar es el número uno del mundo, pero si no tiene detrás un equipo que le apoye no gana el Tour de Francia», recuerda Alonso. «Las cerca de 30 chicas que hay en Álava entre todas las categorías siempre están juntas. Se arropan y se apoyan mucho entre ellas», agrega por su parte Olabarrieta.
«En un ciclocross, unos niños tiraban piedras y montones de barro al circuito; se les recriminó y no ha vuelto a suceder»
Además, el compañerismo que hay, no sólo con los integrantes de la misma escuadra, es absoluto. Los ejemplos de solidaridad que se suceden en cada prueba son como el pan de cada día. Aunque eso implique perder ante tus oponentes. «Hace unos años en la Aiarako Bira un corredor nuestro estaba peleando por una clasificación secundaria contra otro de distinto equipo. Ese rival rompió su bici, le prestamos la nuestra y acabó la carrera ganando esa clasificación.
Esto también es un punto para enseñar a los jóvenes. Una cosa es la rivalidad y otra, el juego limpio», destaca Campo, que vivió una situación muy parecida y curiosa hace escasas semanas en una competición celebrada en Aragón. «El ciclista de un equipo de Ciudad Real se había dejado el casco en el hotel y no podía competir. Nosotros, que solemos llevar en el coche de repuesto, le prestamos uno con la mala fortuna de que se cayó y lo rompió. El chico se sentía muy mal por ello y le dije que no se preocupara», relata Campo, que recibió después de la carrera una caja de bombones por parte de la madre del joven.
Valiosos gestos
Pequeños pero valiosos gestos que padres y madres realizan de forma deportiva, en la que son conscientes de los dilemas que puede haber en el deporte escolar. «A principios de temporada se hace una reunión con todos y se les explica el funcionamiento de la escuela. Muchos ya tienen conocimientos, bien porque lo han leído o porque tienen otros hijos o hijas que han practicado deporte. No suele haber mucho que explicar y tanto el trato como el trabajo que hacen es muy bueno», observa Alonso.
Buenos modales que sirven para que sus txikis los tomen como ejemplo en la actualidad y en un futuro. «En las competiciones siempre se están echando una mano los unos a los otros y colaborando lo máximo posible. Si los peques lo ven, dentro de unos años harán lo mismo», concluye Olabarrieta.