Una nutricionista sobre las gambas y langostinos: «Si se comen así puede ser peligroso»
La profesora de Nutrición de la Universidad Europea, Andrea Calderón explica que en las cabezas de estos crustáceos se concentran metales pesados
Las gambas y langostinos se han convertido en las estrellas de las celebraciones navideñas. Aunque son alimentos que se compran durante todo el año, es cierto que en fechas señaladas, y especialmente en Navidad, el consumo de marisco se dispara. En la mayoría de los hogares es habitual chupar la cabeza de estos crustáceos, sin embargo, esta práctica puede suponer algún que otro riesgo.
Así lo explica la profesora de Nutrición de la Universidad Europea, Andrea Calderón. «Estos mariscos son una rica fuente de minerales esenciales como el selenio, el zinc y el yodo, fundamentales para funciones antioxidantes, inmunitarias y tiroideas», cuenta y añade que además »contienen vitamina B12, crucial para la salud neurológica, y omega-3, que aporta beneficios para la salud cardiovascular».
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Hasta aquí todo bien. «Aunque la carne del cuerpo es la parte más nutritiva, la cabeza de las gambas y los langostinos acumula ciertos compuestos que pueden ser perjudiciales para la salud, ya que en esta zona se concentran metales pesados, especialmente cadmio o mercurio, además de toxinas ambientales», desvela.
La experta recuerda también que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) recomienda evitar chupar las cabezas por el mismo motivo. Aunque una ingesta ocasional no supone un riesgo «significativo», la experta ha recalcado que un consumo en grandes cantidades «podría superar los límites seguros establecidos y ser un riesgo para la salud, produciendo daños en órganos como los riñones y el hígado, así como aumentando la fragilidad ósea».