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Huevo, casi un lujo asiático

Huevo, casi un lujo asiático

Después de la montaña rusa con los precios del aceite, el huevo va camino de convertirse en carne de meme por su encarecimiento

Jesús Lens

Viernes, 2 de mayo 2025, 19:36

A nada que nos descuidemos, las noticias sobre los huevos las leeremos en el papel salmón propio de la prensa económica antes que en las páginas dedicadas a gastronomía. Y es que en los últimos meses han subido una barbaridad. Al aumento general de precios provocado por el encarecimiento de las materias primas se le suma un brote de gripe aviar que, sobre todo en Estados Unidos, pero también en otros puntos de Europa, ha obligado a sacrificar a miles de gallinas.

Eso y la demanda creciente de un producto que, sólo con las torrijas de Semana Santa y otros dulces propios de las fechas, ha sido muy consumido estos días. Desde luego, los huevos ya no pueden importarnos un huevo.

Durante bastante tiempo, el huevo fue injustamente acusado de cometer tropelías contra nuestra salud, una severa amenaza. Hoy, sin embargo, está considerado como un gran alimento, fuente de proteína de la mejor calidad. Debemos diferenciar dos partes, eso sí. La clara, que es esencialmente agua (casi un 90%), de ahí que los deportistas se tomen nutritivos y escasamente calóricos batidos elaborados con ella.

Y luego está la yema, cuya proporción 'acuática' baja al 50%, siendo el resto un conglomerado de diversas grasas. Que no hay más que ver cómo se unta en el pan al mojarlo en la parte amarilla del huevo frito. O lo bien que le va a la trufa, sacando lo mejor de ésta. Eso hace que tenga colesterol, además de omega 6 cardioprotector. También suma vitaminas A y D y sus cualidades antioxidantes lo hacen un gran aliado de la vista.

Para evitar las intoxicaciones alimentarias relacionadas con los huevos, como la salmonelosis, en el sector hostelero se usa mucho la 'huevina', un derivado pasteurizado del huevo en la elaboración tanto de tortillas como de mahonesas.

Fritos, cocidos, escalfados

Hay (casi) tantas formas de preparar los huevos como personas en el mundo. Como muestra, un botón: los bufetts para el desayuno más selectos en los que hay servicio de cocina en directo para una de las estrellas de la primera colación matutina… cuando estamos de viaje, que en casa nos cuesta más. Revueltos, en tortilla, escalfados, pochados, fritos… Solos o en compañía de otros, unos buenos huevos te alegran la mañana. Y para los más sibaritas, los Benedict entre pan tostado y con su pastrami (o panceta) y la exquisita salsa holandesa.

El huevo de Colón

Cuando en una reunión con nobles de su tiempo le dijeron a Colón que si no hubiera sido él, cualquier otro navegante español habría descubierto América, pidió que le llevaran un huevo. Retó a los presentes a ponerlo de pie sin usar sujeción alguna. Fracasaron. Cuando le llegó a él, golpeó suavemente la base curva y lo dejó firme y enhiesto. El mensaje era claro: hecho, es simple. Una vez realizada y vista cualquier acción novedosa y revolucionaria, todo el mundo sabe cómo hacerla. A toro pasado…

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