Vacas sobre el agua en Rotterdam
Una granja fluvial proporcionará leche y derivados de la más alta calidad. Las reses holandesas no sufrirán mareos
Rotterdam es una ciudad, liderada actualmente por un alcalde de origen bereber, que sigue volcada en el comercio y el futuro. Su puerto está considerado ... el mayor de Europa y su Ayuntamiento incentiva variopintos proyectos relacionados con el desarrollo sostenible. La urbe holandesa se convirtió en un laboratorio de ideas tras la Segunda Guerra Mundial. El 14 de mayo de 1940, un bombardeo alemán convirtió aquella pujante concentración de edificios apretados, canales y barcazas, en un vasto solar alrededor de la súbitamente solitaria y desmochada torre de San Lorenzo. El ingenio la ha reconstruido y sigue albergando nuevas y originales iniciativas. Esta primavera inaugura la primera granja flotante del mundo. En su primera fase, reunirá 40 reses y producirá 800 litros diarios de leche.
El establo se alzará sobre una plataforma de unos 1.000 metros cuadrados en el río Mosa. Sus promotores la han concebido como una empresa autosuficiente que se abastecerá de su propia energía, de origen eólico, cultivará hierba gracias a lámparas LED y reciclará los desechos. La producción de las vacas de raza Montbéliarde, de fácil adaptación, nutrirá la quesería y, si los resultados son positivos, pronto se sumarán un invernadero y una explotación avícola.
La granja pretende ser una experiencia piloto capaz de extenderse a otros lugares donde el suelo sea escaso o se halle contaminado. La historia de los Países Bajos, con escasa superficie rural, es una pugna contra el mar para ganar superficie y extender pastos, huertas y viviendas. El 80% de este puerto se levanta sobre terreno ganado por diques y presas. Su cercanía al casco urbano constituye una respuesta tanto a las necesidades de una población creciente como a las veleidades provocadas por el cambio climático.
La explotación abastecerá a su entorno y se nutrirá de los residuos generados por industrias locales, medida que reducirá los costes de aprovisionamiento y distribución. La declaración de intenciones de sus promotores afirma respetar el bienestar de los animales y, además, alberga un objetivo didáctico: los estudiantes podrán visitar la instalación y aprender las fases de un proceso del que sólo suelen conocer el tetrabrik final.
La Universidad de Utrecht ha confirmado que las vacas no se marearán y que el yogur y queso superarán todos los baremos de calidad.
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