El sicomoro de Robin Hood
Parque de Northumberland ·
Los vándalos que talaron el árbol más famoso de Gran Bretaña han sido condenados a cuatro años de cárcelNunca han sido buenos tiempos para los árboles. Los bosques primigenios han sido ancestrales víctimas del hombre, ávido de tierras de cultivo. La roturación sistemática ... comenzó hace 12.000 años, en el Neolítico, y no ha cesado hasta el momento presente, a pesar de la creciente conciencia medioambiental. Al parecer, la ética se pliega ante requerimientos perentorios y bien remunerados como la demanda de amplias superficies para la explotación del aceite de palma, por ejemplo. Entonces, el medio natural se puede devastar.
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La estulticia representa el otro peligro, genuinamente humano, que acecha a las masas forestales. Tradicionalmente, los adolescentes han destruido su corteza para tallar el recuerdo permanente de fugaces amoríos. Pero ese ingenuo recuerdo, a veces, se convierte en intencionada y delirante agresión. En septiembre de 2023, Daniel Graham, de 39 años, y Adam Carruthers, de 32, talaron el 'Sycomore Gap', un ejemplar de arce convertido en toda una referencia cultural dentro de Gran Bretaña. Ambos acaban de ser condenados a una pena de cuatro años y tres meses de cárcel. Mientras tanto, el tocón muestra algunos brotes que permitirán, en el mejor de los casos, recuperar su frondosa presencia dentro de dos siglos.
No se trata de un árbol cualquiera. El sicomoro derribado contaba entre 200 y 300 años y se situaba en una hondonada dentro del Parque de Northumberland, en el extremo norte de Inglaterra. Como un vigía abandonado a su suerte, desplegaba su poderoso encanto junto al Muro de Adriano, fortificación erigida en el año 122 d. C. para defender al imperio romano de las tribus de pictos y caledonios. Pero la muerte no procedía de los bárbaros del norte, sino de los vándalos contemporáneos.
Las cámaras de seguridad han probado que los dos sujetos cometieron su fechoría con premeditación tras viajar 40 kilómetros pertrechados con una letal motosierra. No se trató de una súbita gamberrada, sino de un plan confeccionado para cometer una fechoría, quizás motivada por el afán de llegar a los medios de comunicación o, tal vez, asombrar a las redes sociales, siempre ávidas de banalidad. Pero los perpetradores no contaban que, hoy, los dispositivos audiovisuales inundan hasta los parajes más insospechados. Además de grabar el hecho, realizado con nocturnidad y alevosía, también registraron, e identificaron, el vehículo Range Rover en el que se desplazaron.
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La imagen del sicomoro estratégica y estéticamente situado en una vaguada entre dos lemas se había convertido en el gran atractivo del lugar. La composición sobria, tan desnuda, casi esquemática, podía sugerir la inquietante atmósfera de un cuadro surrealista del pintor René Magritte aunque su romántica estampa también recordaba el lienzo 'El árbol solitario' de Caspar David Friedrich. Pero fue el cine el que lo hizo famoso ya que apareció en la película 'Robin Hood, príncipe de los ladrones' de 1991, circunstancia que proyectó internacionalmente su espléndida belleza.
El árbol no existía en la época de los bandoleros y asaltantes de caminos. La tala ha quebrado el esfuerzo regeneracionista del abogado John Clayton, un rico propietario que, a finales del siglo XVIII, quiso preservar el muro de Adriano, objeto de depredación en aquel tiempo, y la fortaleza de Chesters, uno de sus mejores baluartes. El magnate adquirió la tierra circundante y plantó el arce, la pieza que proporcionó el elemento de vida en un entorno hermoso, pero desabrido. Desde 1942, ha permanecido bajo el amparo del National Trust, organización conservacionista de lugares y monumentos de interés común.
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El tocón muestra algunos brotes que permitirán, en el mejor de los casos, recuperar su presencia dentro de dos siglos
Los ataques a las masas boscosas no suelen ser habituales y, curiosamente, a menudo, son perpetradas por las propias autoridades que deberían protegerlos y que los abaten arguyendo proyectos urbanísticos. Los francotiradores prefieren cebarse contra las obras de arte. Algunas de esas agresiones son tan famosas como la que sufrió la 'Piedad' de Miguel Ángel, martilleada por un demente, o la 'Mona Lisa', objeto de todo tipo de asaltos por individuos que buscan la repercusión mediática.
España no se libra de esta devastación. El Bosque de Oma, cerca de la localidad vizcaína de Gernika, sintetiza esta exposición a la violencia de los bienes naturales y culturales. El conjunto de árboles pintados por el artista Agustín Ibarrola ha sido objeto de repetida destrucción mediante el uso de hachas, pintura y grafitis. No son acciones inocuas, carentes de significado. Aunque execrables, hablamos de actos excepcionales, dotados de una naturaleza realmente particular porque consiguen amalgamar, de una manera singular, la excelencia y la estupidez humanas.
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