La sentencia española que demuestra que los espías británicos controlan nuestros móviles
La Audiencia Nacional absuelve a un joven indio al que Londres intervino ilegalmente el teléfono por una broma con unos amigos y acusó de amenazar con volar un avión que viajaba a Menorca
Óscar B. de Otálora
Jueves, 25 de enero 2024, 19:23
El 3 de julio de 2022, un caza Eurofighter despegó la base aérea de Zaragoza armado con misiles para interceptar un vuelo de de Easyjet ... que se dirigía hacia Menorca desde el aeropuerto británico de Gatwick. El caza alcanzó el vuelo y lo escoltó hasta la isla mediterránea, donde le esperaba un dispositivo antiterrorista sin precedentes. Allí, la Guardia Civil buscó explosivos en el avión y, tras no encontrar nada, detuvo a un joven de 19 años, británico pero de origen indio. Fue acusado de haber realizado una falsa amenaza de bomba que obligó a activar todo la alerta y acabó procesado en la Audiencia Nacional ya que había escrito a sus amigos, antes de despegar que era un talibán e iba a volar el avión.
Los jueces le han absuelto ahora, según aparece en una sentencia de la Audiencia Nacional hecha pública el jueves. La Fiscalía y el Ministerio de Defensa pedían para él una condena de multa 22.500 euros por un delito de desórdenes públicos, así como una indemnización por responsabilidad civil de 94.782 euros por el coste de movilizar la aeronave militar. El joven se encontraba en libertad provisional y su madre había tenido que pagar una fianza de 10.000 euros para que pudiera salir a la calle. En Inglaterra fue sometido a un interrogatorio en el que le preguntaron por las guerras de Irak y Afganistán, por la de Ucrania e incluso por la renuncia del exprimer ministro Boris Johnson.
Según el fallo, la condena no tiene sentido puesto que se trató de una conversación privada del joven, que no llegó a ninguna institución ni a ningún organismo oficial. Tan sola la leyeron en una red de mensajería seis amigos suyos que, además, le acompañaban a correrse una juerga a Menorca. Todo fue un monumental disparate.
Controles aleatorios
El fallo ha sacado a la luz uno de los temas más delicados del espionaje mundial: los controles aleatorios de teléfonos móviles, sin autorización judicial y sin ningún tipo de supervisión. El caso además, vuelve a poner el foco sobre uno de los temas que denunciado grupos de derechos civiles desde que, a partir de los atentados del 11-S, se supo que la tecnología estaba siendo utilizada de forma masiva en la lucha contraterrorista: determinados sistemas de espionaje se dedican a buscar palabras sospechosas entre miles de millones de conversaciones y esos términos son los que activan operaciones antiterroristas.
En principio, esta mecanismo ha sido bautizado como 'Echelon', una organización que reúne a los servicios de espionajes de Estados Unidos, Inglaterra, Australia, Canadá y Nueva Zelanda. Comenzó a funcionar durante la 'guerra fría' pero tras la caída del Muro y la extensión de las tecnologías de la comunicación amplió su objetivo al terrorismo. Esta red de espías llegó a ser investigada por el Parlamento europeo, sin que se llegase a ninguna conclusión. Sin embargo, su existencia y su capacidad para espiar de forma masiva no se conoció hasta la traición de Edward Snowden, el exagente de la CIA que filtró en 2013 miles de documentos sobre esta organización -él asegura que su nombre es 'Los cinco ojos', en referencia a los cinco países que la componen- y luego huyó a Rusia.
Según los datos que figuran en la sentencia de la Audiencia Nacional, el joven escribió su mensaje cuando se encontraba en el mostrador de Easyjet en Gatwick. «On my way to blow up the plane (I'm a member of the Taliban)» tecleó. «De camino a hacer estallar el avión. Soy un miembro de los talibanes». Además, se sacó un selfie y lo envió también a sus colegas. «Este mensaje, por causas que se desconocen, fue captado por los mecanismos de seguridad establecidos en Inglaterra cuando el avión sobrevolaba espacio aéreo francés, quienes avisaron a las autoridades españolas», escriben los jueces que han dictado la sentencia. En ese momento se activó el despliegue del caza y de los servicios antiterroristas.
Grupo privado
El fallo no explica cómo se interceptó el mensaje ni qué organismo británico se encargó de avisar a España. Según aseguró la abogada española del ahora absuelto, en el sumario sobre esta causa no se presentó ningún tipo de orden judicial para explicar la intervención de ese móvil ni el grado de alerta estimado para llevar a cabo esa operación. Por el contrario, se insiste en que el mensaje no salió nunca de un grupo privado de Snapchat que habían creado los seis jóvenes para preparar el viaje a Menorca. Durante el juicio se llegó a decir que quizás uno de los participantes en el chat, es decir uno de los jóvenes que también viajaba en el avión de Easyjet, había avisado a los servicios de seguridad. Esta teoría tan absurda es desmontada por los propios jueces de la Audiencia Nacional, que aseguran que se trata de una afirmación «carente de toda prueba».
Tras su arresto, el joven pidió perdón en varias ocasiones. «Lo lamento, fue una broma, siento mucho todos los problemas que provoqué y el haber arruinado las vacaciones a mis amigos». Lo que ignoraba es que la víctima había sido él.
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